Más de mil millones de personas en el mundo viven con presión arterial alta, y una parte significativa ni siquiera es consciente de su problema. La hipertensión suele ser asintomática, pero afecta gradualmente los vasos sanguíneos, el corazón y el cerebro. Los médicos enfatizan que una de las medidas más efectivas para controlar la presión arterial es corregir la dieta diaria.
Uno de los sistemas dietéticos más eficaces para personas con hipertensión es la dieta DASH, que limita el consumo de carnes rojas, el exceso de sal y azúcar. Se centra en alimentos vegetales, ácidos grasos omega-3, potasio, magnesio y fibra. Estos mantienen la elasticidad de los vasos sanguíneos, mejoran el flujo sanguíneo y ayudan a reducir la presión arterial de forma natural.
Los expertos identifican siete productos que dan el efecto positivo más rápido.
Los pescados grasos como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas ocupan constantemente el primer lugar. Son ricos en ácidos grasos omega-3, que reducen la inflamación y promueven una mejor dilatación de los vasos sanguíneos. Consumir regularmente estos pescados puede ayudar a reducir la presión arterial sistólica y diastólica.
Los frutos secos y las semillas también son beneficiosos: almendras, nueces, semillas de chía o de calabaza. Gracias a su contenido de arginina, magnesio y fibra, mejoran el tono vascular y la función cardíaca. Las verduras de hoja verde tienen un efecto similar: la acelga y la espinaca, ricas en nitratos y potasio, ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Un componente importante de la dieta para pacientes hipertensos es la remolacha. Estudios confirman que el jugo de remolacha puede reducir la presión arterial en personas de todas las edades gracias a su alto contenido de nitratos naturales. Otro aliado natural son las bayas. Los arándanos azules, los arándanos rojos y las frambuesas son ricos en antocianinas, que mejoran el flujo sanguíneo. El jugo de arándano rojo se considera especialmente eficaz, ya que demuestra el mayor efecto en la reducción de la presión arterial sistólica.
Los tomates y sus derivados son otro ejemplo de cómo la nutrición afecta a los vasos sanguíneos. El licopeno presente en los tomates ayuda a mantenerlos flexibles, mientras que el potasio ayuda a regular el equilibrio hídrico del cuerpo. El yogur, a su vez, aporta calcio y proteínas al cuerpo, fortaleciendo los vasos sanguíneos y reduciendo el riesgo general de desarrollar hipertensión. Quienes lo consumen regularmente tienen aproximadamente un 13 % menos de riesgo de hipertensión.
Los médicos enfatizan que combinar estos productos con actividad física moderada, control de peso, reducción de sal y dejar de fumar ofrece los resultados más notables. Incluso pequeños cambios en la nutrición pueden afectar significativamente la salud del corazón y los vasos sanguíneos.

