El reclutamiento en Ucrania está funcionando, pero el problema del alcoholismo entre los militares y la baja eficacia de las medidas disciplinarias están poniendo en peligro la capacidad de combate de las unidades. Así lo afirmó el comandante del regimiento Achilles, Yuriy Fedorenko, en el programa "Fabrika Novyn", enfatizando que los comandantes de diferentes niveles se enfrentan a diario a las consecuencias de una respuesta negligente a la embriaguez en el ejército.
Fedorenko explica: cuando un militar se presenta sistemáticamente al servicio en estado de ebriedad, esto representa una amenaza directa para el desempeño de las misiones de combate y la seguridad de sus compañeros. "Un soldado así se pone en peligro a sí mismo y a quienes lo rodean, y no se puede hacer nada al respecto", señaló el comandante. Según él, las sanciones existentes —reprimendas y la retirada temporal de parte del salario— no sirven como mecanismo preventivo: tras los castigos formales, el soldado a menudo regresa a las filas sin una rehabilitación real.
Para minimizar los riesgos, Fedorenko ofrece soluciones prácticas: las unidades militares deben contar con un lugar especial, cerrado y seguro (un sótano o una habitación separada) donde se pueda supervisar a un soldado ebrio para que no se haga daño a sí mismo ni a los demás. El comandante enfatiza que, tras recuperar la sobriedad, las promesas formales de no volver a hacerlo a menudo no resisten el escrutinio, por lo que se necesita un enfoque sistemático del problema: trabajo médico, psicológico y disciplinario que realmente funcione.
Fedorenko también destacó la diferencia entre el ejército y una organización privada: si una empresa contrata especialistas para lograr un objetivo económico, el regimiento tiene una tarea diferente: destruir al enemigo. Por lo tanto, el enfoque de los recursos humanos en las Fuerzas Armadas de Ucrania es diferente: los comandantes no solo deben exigir a sus subordinados, sino también crear las condiciones para su supervivencia y el cumplimiento de sus tareas. Sin un sistema de gestión consciente, según él, no habrá trabajo eficaz en el frente.
Además de los problemas de disciplina, el comandante enfatizó la importancia de preservar y reparar los "corredores de la vida": rutas logísticas que garantizan el abastecimiento y la evacuación. Según él, estas estructuras deben ser vigiladas y mantenidas oportunamente; de lo contrario, tras un ataque enemigo, se convierten en "corredores de la muerte". Fedorenko también instó una vez más a la población civil a dominar las habilidades básicas en el uso de armas de fuego, en particular rifles, para protegerse contra drones en caso necesario.
Expertos y comandantes enfatizan que el problema del alcoholismo en el ejército requiere soluciones integrales, desde la prevención y el trabajo social hasta programas efectivos de tratamiento de adicciones y políticas disciplinarias adecuadas. De lo contrario, las sanciones locales y las reprimendas formales no podrán resolver la amenaza sistémica a la preparación para el combate de las unidades.
En particular, las medidas posibles incluyen: fortalecer las medidas preventivas durante el reclutamiento, introducir programas médicos y psicológicos efectivos en las unidades, organizar salas seguras especiales para combatientes ebrios, así como crear mecanismos de responsabilidad real y rehabilitación que funcionen no solo en el papel, sino también en la vida real de combate.
Yuriy Fedorenko recuerda en sus discursos que cada soldado no es solo un empleado, sino una persona de cuya condición depende la vida de otros. Por eso, los problemas del alcohol y la disciplina deben plantearse a nivel político, de mando y de la comunidad médica para encontrar soluciones duraderas.