En Odesa hay un acalorado debate sobre el desmantelamiento de monumentos y el cambio de nombre de las calles, provocado por los cambios en la percepción pública de la historia y la identidad nacional en Ucrania. Quienes se oponen a estas acciones pidieron a la UNESCO y al presidente Volodymyr Zelenskyi que preservaran el patrimonio cultural de la ciudad. Este tema causó una amplia resonancia tanto a nivel nacional como internacional.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, y el presidente Zelensky están llamados a posponer la decisión sobre la descolonización del patrimonio cultural de Odesa hasta el final de la guerra.
El recurso afirma que la decisión se tomó sin consultas públicas.
“Se puede decir mucho sobre la descolonización de Ucrania, pero para Odesa, la mayor parte de cuyo centro histórico fue construido durante la administración imperial rusa (como señaló la UNESCO), este programa de borrado es una peligrosa pendiente resbaladiza. La aplicación apresurada de esta nueva legislación, que deja suficiente margen para la ambigüedad en las interpretaciones, pone en peligro una parte importante del patrimonio mundial de Odessa y su espíritu polifónico y cosmopolita", se lee en el llamamiento firmado por 115 personas.
Entre ellos, el organizador de la acción contra el cambio de nombre de las calles y la demolición de monumentos en Odesa, el periodista y figura pública Leonid Shtekel, el artista Mykhailo Reva, el director titular de la Orquesta Filarmónica de Odesa Hobart Earl, el historiador de Odesa Oleksandr Babich, jefe de la departamento científico del Museo de Arte de Odesa Kyrylo Lipatov, así como su hija y su nieto del escritor Isaac Babel.
Como se recordará, el alcalde Trujánov también discutió con la UNESCO la "protección de los bienes del patrimonio cultural de Odesa". El iniciador de la demolición y el cambio de nombre fue OVA.