Para comprender la situación que rodea la guerra ruso-ucraniana, es importante prestar atención a los objetivos que persigue Putin. El activista público Valery Pekar destaca dos objetivos principales:
1. Eliminación del Estado y la identidad ucranianos: Varias opciones son aceptables para Putin, que van desde la reproducción de la RSS de Ucrania hasta escenarios similares a Bielorrusia bajo Lukashenka o Chechenia bajo Kadyrov. Incluso la división de Ucrania es posible.
2. Escisión de Europa y sus relaciones con Estados Unidos: Putin quiere mostrar la debilidad de la democracia y establecer a Rusia como centro de poder mundial.
Estos objetivos dictan las demandas clave del Kremlin: "desnazificación" (un término que puede significar cualquier cosa) y la desmilitarización de Ucrania. El cumplimiento de estos requisitos contribuiría a la consecución del primer objetivo y, posteriormente, del segundo.
Pekar señala que en Ucrania hay una falta de comunicación efectiva entre el gobierno y la sociedad y de debates sobre lo que se considera victoria o derrota, así como dónde están nuestras líneas rojas. La cuestión de las fronteras de 1991 ya no es relevante e incluso dañina, ya que crea la impresión de que Ucrania lucha por territorios y no por personas, estado o identidad. Esta posición parece anacrónica para la comunidad mundial, que no entiende por qué luchar por territorios en el siglo XXI.
Los países occidentales temen la derrota de Rusia tanto como la derrota de Ucrania, porque no saben cómo terminar la guerra sin la derrota de Rusia. Toda esperanza de la muerte de Putin es inútil, ya que su posible sucesor, el supuesto "Putin 2.0", continuará la guerra.
Pekar también expresa su opinión sobre Boris Johnson, que en un momento fue un gran amigo de Ucrania. Cree que el ex líder del Partido Conservador británico, que sufrió una derrota electoral, está deseoso de volver a las primeras planas de los informativos y volver a ser visible.
