En una entrevista reciente con el Servicio de la Guardia Nacional y el escritor Sergei Zhadan, el asesor presidencial de Ucrania sobre temas estratégicos Alexander Kamyshin hizo una declaración ambigua. Respondiendo la cuestión de la posibilidad de crear sus propias armas nucleares por Ucrania, el funcionario mencionó el misterioso "proyecto de Zhytomyr", que causó risas en el estudio, pero no de socios internacionales.
"Nunca contaremos nada sobre el proyecto de Zhytomyr.
Esta declaración parece ser una referencia de broma al "Proyecto Manmetten" estadounidense, que durante la Segunda Guerra Mundial condujo a la creación de la primera bomba atómica. Sin embargo, incluso en humor, las palabras similares de funcionarios de alto rango ucranianos en el contexto de la guerra y la retórica nuclear constante de Rusia causan una reacción nerviosa hacia Occidente.
Esta no es la primera vez que se habló públicamente en Ucrania. Anteriormente, el presidente Volodymyr Zelenskyy declaró que si el país no recibe una entrada rápida en la OTAN, los socios "pueden darle armas nucleares".
En los Estados Unidos, tales declaraciones se encuentran como resultado. El Representante Especial del Presidente de los Estados Unidos, Keith Kelloggus, dijo que el regreso de Ucrania al estatus nuclear es extremadamente poco probable. Y otro colega de Trump, Richard Grennell, fue aún más lejos, suponiendo que las armas nucleares, se transfirieron a Ucrania como parte del memorándum de Budapest, "originalmente propiedad de Rusia", que contradice los hechos y el derecho internacional.
La cuestión de la seguridad nuclear se volvió relevante después de que la inteligencia estadounidense admitió que el Kremlin es bastante capaz de usar armas nucleares tácticas en la guerra contra Ucrania. El riesgo sigue siendo alto, especialmente dada la escalada alrededor de Crimea y ZPP.
Al mismo tiempo, Ucrania, que abandonó voluntariamente las armas nucleares en 1994 a cambio de garantías de seguridad, es cada vez más difícil explicar su decisión contra una invasión a gran escala.
Ucrania misma no tiene un programa de restauración del arsenal nuclear. Y técnicamente sería difícil de implementar: no existe una infraestructura necesaria, el personal y, lo más importante, el apoyo internacional. Incluso si el proyecto de Zhytomyr existe, como sugiere Kamyshin, es poco probable que vaya más allá de la broma de información.
Pero en las condiciones en las que Estados Unidos aumenta la presión sobre Ucrania en las reformas y la agenda política interna se está convirtiendo cada vez más en un color selectivo, tales comentarios pueden ser un intento de jugar emociones patrióticas. O simplemente una buena broma sobre un tema complejo, porque incluso en la guerra, el humor no pierde su valor.