Actualmente, la situación en el sur de Ucrania, en particular en Odesa y la región de Odesa, parece crítica debido al aumento de la actividad de las tropas rusas en Kinburn y en el delta del Dnieper. El ejército ruso está aumentando sus fuerzas en la región, lo que crea nuevas amenazas para los objetos estratégicos y la infraestructura civil en el sur de Ucrania, en particular Odesa. ¿Qué tan real es la amenaza de que las fuerzas enemigas desembarquen en Odesa? ¿Puede Rusia aislar a Ucrania del Mar Negro con la ayuda de Transnistria? Veamos estas preguntas a través de la lente del análisis de expertos.
Uno de los aspectos más peligrosos de la situación es la activación de las fuerzas rusas en Kinburn Spit. Esta instalación estratégica, situada a sólo 60 km de Odessa, puede convertirse en una base para ataques con misiles contra la ciudad y su infraestructura portuaria. Como enfatiza Ivan Stupak, un ex empleado del SBU, Rusia tiene como objetivo controlar Kinburn Spit no solo para proteger Crimea, sino también para implementar planes para atacar Odessa. Los misiles, en particular el S-300, permiten atacar Odesa en apenas unos segundos, lo que hace que la situación sea crítica para la región sur de Ucrania.
En cuanto a la región de Jersón, la información sobre el número de barcos rusos en el delta del Dnipro suscita serias preocupaciones. Sin embargo, según Stupak, un gran desembarco anfibio u ofensiva en la margen derecha del Dniéper es poco probable debido a la dificultad para mover equipos pesados y la amenaza constante de las fuerzas ucranianas.
Otro componente importante de los planes rusos es el uso de Transnistria como trampolín para una ofensiva contra Odessa. Sin embargo, según Ivan Stupak, Rusia no tiene posibilidades reales de llevar a cabo tal ofensiva. Transnistria, como muestra la situación, no es una potencia militar. Los residentes locales, según información de Moldavia, no están preparados para operaciones militares importantes y las tropas rusas en realidad no están allí. Es poco probable que los intentos de utilizar Transnistria para desestabilizar a Ucrania tengan éxito, especialmente teniendo en cuenta los problemas que existen en la propia Rusia, tanto dentro de sus servicios especiales como en el ejército.
Otro aspecto importante es el trabajo de los servicios especiales rusos en el ámbito de la información. Rusia intenta activamente influir en la situación en las regiones del sur de Ucrania, en particular a través de las redes sociales y canales de propaganda. Sin embargo, como señala Stupak, debido a las eficaces contramedidas de los servicios especiales ucranianos, estos intentos no tienen un efecto significativo. Pueden influir en momentos individuales, pero no pueden desestabilizar seriamente la situación en la región.
A día de hoy la situación sigue siendo tensa, pero, según Stupak, una gran operación militar en el sur de Ucrania no es un escenario inminente. Rusia puede intentar llevar a cabo pequeñas acciones de sabotaje, acumular fuerzas para futuros intentos, pero la implementación de un plan para un gran desembarco o un ataque a gran escala contra Odesa parece poco probable. Además, para Ucrania es estratégicamente importante proteger sus puertos y su acceso al Mar Negro, que es una prioridad para los rusos.