El enfrentamiento entre los drones antiaéreos ucranianos y los drones de reconocimiento de los ocupantes rusos continúa y el enemigo busca activamente contramedidas. Según Defense Express, los rusos han instalado cámaras de visión trasera de gran angular en sus drones de reconocimiento que utilizan visión artificial para analizar la situación. Si se detecta una amenaza, el algoritmo emite un comando de evasión, que permite al dron evitar los ataques de los drones antiaéreos FPV.
Este nuevo enfoque complica la tarea de los operadores, ya que un cambio de objetivo provoca una pérdida de contacto visual con el dron de reconocimiento, lo que requiere tiempo adicional para un nuevo ataque. Dado que la "vida" de un dron antiaéreo en el aire es limitada, este tiempo puede ser crítico.
El especialista Serhiy "Flash" Beskrestnov señaló que los rusos están introduciendo rápidamente nuevas tecnologías. Recién a principios de septiembre reconocieron nuevas amenazas y consideraron varios métodos de contramedida, incluidos pequeños complejos de guerra electrónica que interferían las comunicaciones por video.
Además, cabe señalar que recientemente los ocupantes comenzaron a utilizar drones con "lente Luneberg", que sirven como objetivos falsos para la defensa aérea ucraniana. La voluntaria y fundadora del "Centro de Apoyo a la Inteligencia Aérea", María Berlinska, señaló que Ucrania es tecnológicamente inferior a Rusia en la guerra con drones, aunque antes tenía ventaja.
Sin embargo, el desarrollador del complejo de inteligencia Andrii Lypovyi expresó su esperanza de que Ucrania prácticamente haya alcanzado a Rusia y tenga posibilidades de consolidar su dominio en este campo para 2025. La batalla tecnológica en el cielo continúa intensificándose y el resultado depende de la capacidad de ambas partes para adaptarse a los nuevos desafíos.