Ucrania, tras concentrar sus principales reservas en la defensa de Pokrovsk, se enfrenta a una creciente presión rusa en el sureste. En la confluencia de las regiones de Donetsk, Zaporiyia y Dnipropetrovsk, las tropas rusas han ocupado nuevos territorios en pocas semanas, lo que supone una amenaza adicional para Orekhov y Hulyaipol, puntos estratégicos clave para la defensa de Zaporiyia. Así lo informa la edición británica de The Telegraph, citando mapas favorables a Ucrania y análisis de expertos occidentales.
Según la publicación, las unidades ucranianas están siendo trasladadas cada vez más al norte para reforzar la defensa de Pokrovsk. Esto hace que el sector sureste del frente sea más vulnerable a los continuos ataques rusos y permite a las fuerzas de ocupación avanzar sigilosamente para arrebatar nuevas porciones de territorio ucraniano. En las últimas seis semanas, se estima que los rusos en esta zona han avanzado unos 30 km (19 millas).
La ofensiva rusa se ha intensificado en la zona donde convergen las fronteras de las tres regiones. El agresor ataca las líneas de suministro locales de las Fuerzas Armadas de Ucrania, las operaciones de los operadores de drones ucranianos e intenta aprovechar las fortificaciones debilitadas para lanzar ataques masivos con pequeños grupos de asalto. Rusia ha empleado esta táctica repetidamente en otros sectores del frente, en particular, en las direcciones de Novopavlovsk y Pokrovsk.
Analistas del Instituto Americano para el Estudio de la Guerra (ISW) advierten que las tropas rusas continúan su ofensiva hacia Huliáipol y la carretera T-0401, que conecta Pokrovske, en la región de Dnipropetrovsk, con Huliáipol, en Zaporiyia. Esta carretera es una de las principales vías de abastecimiento para las fuerzas ucranianas en la zona de la ciudad. Según el ISW y fuentes ucranianas, las unidades rusas avanzan en las zonas pobladas ubicadas al noreste y al este de Huliáipol, con el objetivo de amenazar su captura parcial.
El periódico británico cita al analista militar Michael Coffman, quien destaca que, a pesar de la atención centrada en las batallas por Pokrovsk, el grueso de la ofensiva rusa se desarrolla actualmente «en el suroeste, en la frontera de las regiones de Zaporiyia, Dnipro y Donetsk». Según él, las defensas ucranianas en torno a Huliáipol se encuentran cada vez más fragmentadas, y los contraataques e intentos de estabilizar la situación en la zona de Pokrovsk implican que hay muchas menos reservas en otras áreas, en particular en Zaporiyia.
Al mismo tiempo, el analista señala que el ejército ruso tradicionalmente sigue siendo ineficaz en términos tácticos: las unidades a menudo «reivindican» la captura de posiciones o avances que no son confirmados por fuentes independientes. Ante este panorama, la intensidad de las bajas de los ocupantes sigue siendo elevada, lo que obliga a Moscú a desplegar constantemente nuevas fuerzas y formaciones.
El contexto de la situación se ve reforzado por informes recientes de medios internacionales. Por ejemplo, Reuters señala que Rusia ha anunciado la captura de varios asentamientos en la región de Zaporiyia, entre ellos Malaya Tokmachka, considerada la puerta de entrada a Orekhov. Esto aumenta el riesgo de que la ciudad se vea sometida a una doble presión, tanto desde el este como desde el sureste.
La agencia estima que los rusos han avanzado al menos 30 km en el sureste de Ucrania en las últimas semanas y ahora controlan cerca del 75 % de la región de Zaporiyia y aproximadamente el 19 % de Ucrania en su conjunto. El objetivo estratégico de Moscú sigue siendo el control total de Donbás, así como de todas las regiones de Jersón y Zaporiyia, incluida la propia Zaporiyia, que actualmente está bajo control ucraniano.
Algunos expertos occidentales y ucranianos no descartan que el actual avance ruso en la zona de Orekhov y Hulyaipol pueda tener un efecto de distracción. El Kremlin podría intentar forzar a Kiev a dispersar aún más sus fuerzas, transfiriendo reservas a la región de Zaporiyia y, al mismo tiempo, debilitando la defensa de Pokrovsk, donde continúan los intensos combates. Sin embargo, el mando ucraniano mantiene una postura pública cautelosa, limitándose a informar de una situación «complicada pero controlada» en el sureste.
En medio de prolongados combates, escasez de personal y municiones, y constantes ataques aéreos y con drones rusos, la tarea de las Fuerzas Armadas de Ucrania es mantener el equilibrio entre la crucial dirección de Pokrov y la igualmente importante línea de defensa en los accesos a Zaporiyia. La seguridad del importante centro industrial a orillas del Dniéper y la estabilidad de todo el frente sudoriental dependerán en gran medida de si Kiev logra impedir un avance en las zonas de Orekhov y Hulyaipol.

