El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), junto con la Policía Nacional, llevaron a cabo con éxito operaciones especiales en las regiones de Poltava y Transcarpacia, como resultado de las cuales fueron neutralizadas dos granjas de robots que trabajaban para los servicios especiales rusos. Así lo informó el centro de prensa del SBU, destacando que estas estructuras se utilizaron activamente para desinformar y desacreditar a las Fuerzas de Defensa de Ucrania.
Los servicios especiales rusos utilizaron activamente cuentas falsas registradas supuestamente en nombre de ciudadanos ucranianos para difundir información falsa sobre la situación en el frente y las actividades de las Fuerzas de Defensa. El objetivo de este sabotaje informativo era crear pánico, desesperación y desacreditar las acciones del ejército ucraniano en la sociedad.
En la región de Poltava, los agentes del orden expusieron a un residente local que creó alrededor de 15.000 cuentas anónimas en redes sociales y mensajería instantánea a instancias de Rusia. Estas cuentas se utilizaron para difundir propaganda y desinformación prorrusas. Para ocultar sus actividades, el atacante intentó vender cuentas falsas a través de la red oscura, fijando un precio de 1,50 dólares por cada "usuario" virtual. Directamente en el apartamento de este ciudadano se encontraba una granja de robots con todo el equipamiento necesario y las tarjetas SIM de los operadores ucranianos.
En la región de Transcarpacia, el SBU logró eliminar el canal de venta clandestina de direcciones IP únicas registradas en la región. Estas direcciones IP permitieron a los usuarios rusos hacerse pasar por ucranianos en Internet, lo que aumentó aún más el efecto de la desinformación. El imitador recibió el pago por sus servicios a través de sistemas de pago rusos en forma de criptomonedas, lo que dificultó su seguimiento.
Ambos autores fueron notificados de la sospecha en virtud del apartado 2 del art. 361 del Código Penal de Ucrania, que castiga la interferencia no autorizada en el funcionamiento de los sistemas de información y comunicación electrónica, cometida por un grupo de personas sobre la base de una conspiración previa. Se enfrentan a hasta cinco años de prisión. Actualmente, se encuentran en curso acciones de investigación encaminadas a exponer plenamente sus conexiones y actividades delictivas.