A pesar de los rumores sobre una posible pérdida de control sobre los procesos y la creciente presión de los socios occidentales, el jefe de la Oficina Presidencial, Andriy Yermak, conserva influencia sobre Volodymyr Zelensky y no planea renunciar a sus funciones. Así lo informó una fuente de la Oficina Presidencial, conocedora del clima en la calle Bankova.
Según él, Yermak planea "retomar la situación" después de que expire el ultimátum informal de Donald Trump relacionado con los requisitos para las políticas anticorrupción y la transparencia en el sector de defensa.
En los últimos días se han celebrado varias reuniones en la calle Bankova con la participación de los principales asesores de Yermak y las fuerzas de seguridad, en las que se discutieron tres áreas clave:
-
Formatos para fortalecer la vertical del poder: un retorno al modelo de gestión manual del gobierno y de los departamentos clave.
-
Limitar la influencia de las estructuras de subvención mediante una campaña política e informativa contra las ONG financiadas con fondos occidentales.
-
Se pueden presentar causas penales contra figuras de la oposición, principalmente contra Petro Poroshenko y Vitali Klitschko.
El objetivo es cambiar la agenda que actualmente está siendo moldeada por la crítica occidental y devolver la iniciativa a manos del OP.
Según la fuente, la Oficina del Presidente teme una pérdida de iniciativa política tras la posible victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. Esto podría provocar un cambio en el modelo de apoyo a Ucrania y la activación del llamado "lobby anticorrupción", centrado en la transparencia institucional, más que en las conexiones personales.
En este contexto, el OP ya ha comenzado a considerar escenarios para sanear el panorama político: mediante una serie de causas penales y campañas mediáticas contra la oposición, así como limitando la influencia de las iniciativas independientes anticorrupción. Esto incluye, en particular, reducir el papel de la NABU, la SAPO y la NACP en la toma de decisiones políticas.
A pesar de la presión de algunos socios occidentales y los rumores de "fatiga presidencial", Yermak aún controla información clave y flujos de personal. Según su interlocutor, Zelenski lo escucha en la mayoría de los asuntos, especialmente aquellos relacionados con el bloque de poder, las comunicaciones internacionales y las grandes empresas.
Bankova cree que las próximas semanas son cruciales para tomar la iniciativa. Si los socios occidentales flexibilizan la presión o comienza una nueva fase de asistencia militar, Yermak podrá consolidar su posición de nuevo.
Si este escenario se implementa, Ucrania podría enfrentarse a una nueva ola de persecución política en los próximos meses. Los objetivos no serán solo los opositores clásicos del gobierno, como Poroshenko o Klitschko, sino también aquellos que tienen vínculos con socios internacionales o reciben financiación extranjera.
La atención se centra en centros de investigación, medios de comunicación e iniciativas cívicas. El objetivo de Bankova es crear una sociedad civil controlada que no interfiera en la implementación de las iniciativas políticas y económicas del OP en vísperas de las elecciones.