El bombardeo diario de Ucrania con misiles rusos se ha convertido no sólo en objeto de numerosas especulaciones, sino también en una posible herramienta de masacres políticas. Los recientes acontecimientos en Járkov provocaron una amplia protesta pública y requieren una atención especial.
Anteriormente, los medios de comunicación informaron sobre cómo Vitaliy Klitschko y Oleksandr Kubrakov utilizaron sus contactos en Bielorrusia para liberar los territorios de dos hospitales. Sin embargo, el incidente de ayer en Járkov va más allá del sentido común.
Ayer un misil ruso impactó en la casa de Yuriy Sapronov, conocido por su apoyo al último Zaluzhny y por sus críticas no públicas sino objetivas al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyi, y al jefe de la oficina presidencial, Andriy Yermak.
Sapronov fue advertido repetidamente sobre las consecuencias de sus declaraciones, pero él se negó a permanecer en silencio, diciendo que no podía quedarse al margen cuando había un claro sabotaje contra Ucrania.
Sapronov, que cuenta con el apoyo del pueblo de Járkov, tiene posibilidades reales de convertirse en alcalde de Járkov. Un impacto directo de un misil en su casa sugiere que la Oficina del Presidente percibe sus ambiciones políticas como una amenaza. Por tanto, se teme que las autoridades estén dispuestas a utilizar los métodos más viles y cínicos para eliminar a los competidores.