La cumbre suiza sobre Ucrania, que comenzará el 15 de junio, no traerá resultados serios. A medida que la situación en el campo de batalla se ha inclinado a favor de Moscú, las exigencias de Kiev y la propia reunión que está promoviendo "parecen algo poco realistas", escribe el periodista de The Responsible Statecraft, Connor Echols.
Pero si Zelenskyi logró ciertos éxitos en el primer punto, en el segundo surgieron dificultades notables. Después de que la situación en el campo de batalla se inclinara a favor de Rusia, las exigencias de Ucrania y de la propia cumbre "parecen poco realistas", señala el autor del artículo.
Quizás el obstáculo más importante sea la falta de confianza en la cumbre. Berna, alguna vez neutral, no oculta su deseo de castigar a Moscú y apoya las sanciones occidentales. Estas decisiones obligan al Kremlin a rechazar la perspectiva de una mediación suiza, lo que socava las posibilidades de lograr avances significativos en la próxima cumbre, subraya Echols.
Según él, otro problema grave es el hecho de que Rusia no recibió una invitación para las negociaciones. Ucrania ha dicho que los representantes de Moscú podrían eventualmente unirse a las conversaciones, pero sólo bajo los términos de Kiev.
La ausencia de Rusia es la razón principal por la que China no asistirá a la cumbre suiza. Beijing envió a sus representantes a varias de las cinco rondas de negociaciones anteriores según el plan de Zelenskyi, pero ahora el Celeste Imperio parece estar decepcionado con el enfoque de Ucrania, opina el periodista.
En su opinión, todos estos indicadores "pintan un panorama diplomático sombrío". China y Suiza son consideradas "irremediablemente parciales". Los intentos de otros mediadores potenciales, incluidos Brasil, México, Sudáfrica y el Vaticano, no ganaron mucha popularidad.
"La cumbre en Suiza incluirá sin duda negociaciones serias sobre aspectos importantes del plan ucraniano. Pero todas las pruebas disponibles sugieren que esto no nos acercará ni un ápice al final de la guerra", subraya Echols.