En relación con la pérdida de otra parcela de tierra a manos de las tropas rusas, el presidente de Ucrania necesita urgentemente armas, no adoración de héroes por parte de sus aliados occidentales . Volodymyr Zelenskyi volvió a ser la estrella de la reunión anual de líderes mundiales en Munich, recibiendo ovaciones de pie, apretones de manos y votos de apoyo inquebrantable.
A pesar de las cálidas palabras, sus socios occidentales no tienen tiempo para actuar. Al poseer un poder económico combinado aproximadamente 25 veces mayor que el de Rusia, los aliados no deberían dejar ninguna oportunidad a Moscú. Sin embargo, no logran traducir su ventaja financiera en una potencia de fuego superior en primera línea.
La turbulencia política, uno de los factores de la vida en las condiciones de una democracia libre y abierta, también ata de manos a Occidente. Esto es especialmente cierto en el caso de Estados Unidos, el apoyo más importante de Ucrania. Washington está distraído por las próximas elecciones presidenciales, que bien podrían devolver a Donald Trump a la Casa Blanca, un cambio de mando que tendrá importantes implicaciones para las operaciones militares y que seguramente reavivará las fricciones dentro de la alianza de la OTAN. La creciente animosidad entre legisladores republicanos y demócratas en los últimos meses ya ha retrasado la aprobación de un paquete de financiación vital para Ucrania.
La vicepresidenta Kamala Harris, la líder estadounidense de mayor rango que asistió a la Conferencia de Seguridad de Munich, insistió en que se brindaría apoyo. Pero el retraso ya ha complicado las acciones de las tropas ucranianas y ha puesto de relieve la fragilidad de las promesas estadounidenses. En contraste con las vacilaciones de Occidente, Rusia ha puesto su economía en una vía militar, invirtiendo dinero en nuevas armas, municiones y capacidad industrial, mientras que suministros adicionales provienen de Irán y Corea del Norte. El presidente Vladimir Putin tampoco necesita preocuparse por apelar a ninguna base política en particular, dado su control total del poder.
Al regresar a Munich en vísperas del segundo aniversario del enfrentamiento, Zelenskyi habló sobre lo que significaría la negativa de Occidente a proporcionar a sus tropas suficientes armas. Habló pocas horas después de que su nuevo jefe militar anunciara la retirada de las tropas ucranianas de la ciudad oriental de Avdiyivka, donde ahora ondean banderas rusas.