Un nuevo estudio de científicos muestra que una explosión de actividad solar, que se observa en el ciclo solar actual, solo puede ser el comienzo de un fenómeno mucho mayor. Resultó que este pico podría asociarse con el ciclo centenario de Glaysberg, que lentamente está ganando impulso. Si se confirman los científicos, se debe esperar a la humanidad aún más brotes solares en las próximas décadas.
Durante el ciclo solar, que dura aproximadamente 11 años, la actividad del sol varía entre el mínimo y el máximo, que se manifiesta en un cambio brusco en el número de puntos solares y brotes. Sin embargo, además, también hay un ciclo Glaysberg menos conocido, que, como resultó, también afecta la actividad solar. Esto significa que el ciclo solar actual solo puede ser parte de una imagen más amplia.
Según la investigación, el flujo de protones en la zona de radiación interna de la Tierra, que determina el nivel de actividad solar, recientemente ha comenzado a disminuir. Esto puede indicar que el mínimo del ciclo de Glaysberg ya se ha recorrido y el sol ingresa a una nueva fase de mayor actividad. Los científicos predicen que las próximas décadas pueden marcarse con bengalas solares aún más grandes, lo que influirá en los sistemas de navegación, el funcionamiento de la nave espacial e incluso las condiciones atmosféricas en la Tierra.
Dichas conclusiones se basan en los resultados del análisis de los datos obtenidos por los satélites NOAA que han volado a través de la anomalía del Atlántico Sur, un área con el campo magnético de una Tierra debilitada. Los científicos dicen que si el ciclo de Glaysberg se ha reiniciado, entonces con cada ciclo, la actividad solar solo se intensificará, y se puede esperar el siguiente máximo de este ciclo en 40-50 años.