El ataque a la planta metalúrgica de Novolypetsk, que tuvo lugar la noche del 24 de febrero, se llevó a cabo con la participación de empleados del Servicio de Seguridad de Ucrania y de la inteligencia militar ucraniana con el fin de realizar una operación especial.
La planta metalúrgica de Novolypetsk es una de las instalaciones metalúrgicas más grandes de Rusia, que desempeña un papel importante en el complejo militar-industrial de la Federación de Rusia y cumple con un número significativo de pedidos gubernamentales.
Las materias primas producidas en esta empresa se utilizan para la producción de misiles, artillería y drones.
Después de los ataques con drones, se produjo un incendio a gran escala en la planta y todo el personal fue evacuado. El ataque tenía como objetivo instalaciones de refrigeración primaria de gas de coque bruto. Los daños sufridos en estas instalaciones provocarán el cese de la producción durante un largo período.
La planta metalúrgica de Novolypetsk pertenece al oligarca Volodymyr Lisin, cercano al dictador Vladimir Putin y una de las tres personas más ricas de la Federación Rusa.
Hasta hace poco, la planta producía materias primas para empresas involucradas en el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos.