Washington decidió conceder otro préstamo financiero a Ucrania, utilizando los ingresos de los activos congelados del Banco Central ruso. Este enfoque permite dirigir eficazmente recursos que anteriormente formaban parte del sistema financiero ruso para apoyar la economía y la defensa de Ucrania.
Estados Unidos se ha comprometido a asignar a Kiev 20 mil millones de dólares del total de 50 mil millones que Occidente planea proporcionar a Ucrania. Otros 20 mil millones aproximadamente procederán de la Unión Europea y está previsto que Gran Bretaña, Japón y Canadá aporten 10 mil millones.
La financiación se realiza mediante un mecanismo que implica el uso de los intereses devengados por los activos rusos congelados.
Después de la introducción de sanciones contra Rusia en relación con su invasión de Ucrania, los activos del Banco Central de la Federación Rusa por un total de aproximadamente 280 mil millones de dólares fueron bloqueados en Occidente. La mayor parte de estos activos, equivalente a 210 mil millones de dólares en euros, se encuentra en la Unión Europea.
Anualmente, estos fondos congelados generan un beneficio de entre 2.500 y 3.000 millones de euros. Es este beneficio el que se convierte en la base para financiar préstamos que ayudan a Ucrania a resistir la agresión.
Este mecanismo financiero demuestra cómo se pueden utilizar los activos congelados para lograr los objetivos estratégicos de Occidente. Los fondos bloqueados, que antes servían a los intereses del Kremlin, ahora están destinados a apoyar a Ucrania.
Este enfoque también muestra la eficacia de la coordinación internacional en la política de sanciones, cuando los recursos bloqueados no simplemente permanecen "congelados", sino que trabajan en beneficio del país afectado por la guerra.