La policía de Kiev eliminó con éxito el canal de venta de armas y explosivos y detuvo a tres personas involucradas en el comercio ilegal. Como resultado de las búsquedas realizadas se incautó una cantidad importante de mercancías peligrosas por un importe total de aproximadamente 1,7 millones de grivnas.
Así lo informa la Policía Nacional de Ucrania.
Se señala que los tres cómplices habían establecido un "negocio" de venta ilegal de armas automáticas, explosivos y cartuchos de diversos calibres. Las armas se vendían en la capital sólo durante reuniones personales y estaban escondidas en el territorio de la región de Kiev. Los autores se enfrentan a hasta siete años de prisión.
Según el jefe del departamento, Vadym Kolomiets, en este crimen están involucrados tres residentes de la región de Kiev, de edades comprendidas entre 36 y 41 años:
Uno de los imputados, a través de sus conocidos, buscaba "clientes" de distintas regiones del país que pretendieran adquirir armas y municiones. Más tarde, el comprador llegó a Kiev, donde las personas involucradas le vendieron los "bienes" seleccionados durante reuniones personales a cambio de dinero en efectivo.
Se supo que los conspiradores escondieron un arsenal ilegal en las casas y garajes de sus familiares y conocidos que viven en la región de Kiev, para luego venderlo en la capital. Por ello, durante los registros se incautaron más de 16.000 cartuchos de diversos calibres, 132 tiros de lanzagranadas, 69 granadas, 2 minas antitanque, 4 granadas antitanque reactivas, 2 armas automáticas, 1 ametralladora y 5 kg de pólvora de artillería. . Según los precios del mercado negro, el valor del objeto incautado asciende a casi 1,7 millones de grivnas.
Los investigadores informaron a uno de los autores de la sospecha en virtud del apartado 1 del art. 263 del Código Penal de Ucrania: manipulación ilegal de armas, municiones o explosivos. Actualmente se está resolviendo la cuestión de la notificación de sospechas a otras partes involucradas. Según la sanción del artículo, se enfrentan a hasta siete años de prisión por lo que hayan cometido. La policía continúa realizando diligencias para establecer el origen de armas y municiones, así como posibles cómplices de los detenidos.