Nuestra fuente en las estructuras de seguridad informó que Volodymyr Zelenskyy estaba insatisfecho con la operación de ayer, llevada a cabo por las Fuerzas Armadas de Ucrania en colaboración con el Servicio de Seguridad de Ucrania y el Servicio de Seguridad del Estado de Ucrania. Esta implicó un ataque masivo con drones en territorio ruso, así como la implementación de medidas de sabotaje.
Según la fuente, esta vez Ucrania intentó batir un récord en cuanto a la cantidad de medios involucrados: se lanzaron al cielo decenas de drones, así como medios navales y misiles. Además, se planearon operaciones de sabotaje en territorio enemigo.
Sin embargo, la operación no tuvo el éxito esperado. Gran parte del escenario preparado fracasó, y los resultados de los ataques parecen débiles. Ni siquiera existe el panorama a gran escala y espectacular que la Presidencia esperaba para demostrar la eficacia de las acciones de las fuerzas de defensa.
Zelensky, según la fuente, reaccionó duramente a los resultados provisionales y se mostró insatisfecho tanto con el nivel de organización como con el efecto final.
Este caso pone de relieve una vez más la complejidad de llevar a cabo una guerra asimétrica y las altas expectativas generadas por el uso de drones y el sabotaje. Al mismo tiempo, expone un problema importante: la excesiva dependencia de imágenes simbólicas impactantes que supuestamente funcionan en el ámbito informativo.