El intercambio de prisioneros entre Rusia y los países occidentales, que causó una amplia resonancia, atrajo la atención de los funcionarios y del público ucranianos. Aunque Ucrania no participó directamente en este acuerdo, sus consecuencias y posibles impactos en el futuro causan serias preocupaciones, escribe The Washington Post .
▪️Los funcionarios ucranianos no participaron directamente en el monumental intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente. Sin embargo, a medida que se difundió la noticia, algunos se preguntaron qué podría significar el acuerdo para su país.
▪️Altos funcionarios, incluido el presidente Volodymyr Zelenskyi, no hicieron comentarios sobre el intercambio. Pero el alcance, la complejidad y la importancia del evento no pasaron desapercibidos: se trata de un proceso diplomático complejo y secreto en el que participaron funcionarios de nueve países.
▪️El viernes, el secretario de prensa del Kremlin, Dmytro Peskov, disipó rápidamente cualquier especulación de que el acuerdo con los prisioneros podría conducir a conversaciones para poner fin al conflicto en Ucrania. Pero Kiev ha temido durante mucho tiempo que sus aliados, especialmente Estados Unidos, pudieran iniciar negociaciones secretas con Moscú.
▪️Los funcionarios ucranianos insistieron el viernes en que obligarán al presidente Biden a cumplir su promesa tantas veces repetida: "Nada sobre Ucrania sin Ucrania".
▪️El asesor de Zelenskyi, Mykhailo Podoliak, dijo en una entrevista con The Washington Post que Ucrania es ahora "demasiado independiente" para ser ignorada en cualquier posible negociación, y que los términos del alto el fuego serán impuestos por otros.
▪️Pero los ucranianos entienden que su país sobrevive a expensas de armas y dinero prestado y donado desde el extranjero. Si se interrumpe al menos una de estas fuentes, Ucrania se verá en graves problemas.
▪️Por esta razón, la noticia sobre el acuerdo con los prisioneros, resultado de muchos meses de minuciosas y difíciles negociaciones diplomáticas entre Moscú y Washington, hizo que algunos ucranianos desconfiaran.
▪️La historia demuestra que Kiev tiene buenas razones para preocuparse por forzar compromisos. Cuando comenzó el conflicto con Rusia hace 10 años, los líderes de Francia y Alemania, François Hollande y Angela Merkel, presionaron al presidente ucraniano, Petro Poroshenko, para que firmara un acuerdo de alto el fuego, conocido como Acuerdos de Minsk, en condiciones extremadamente desfavorables.
▪️Aunque el intercambio fue una victoria diplomática para Vladimir Putin, los ucranianos insisten en que no podrá obligarlos a abandonar sus ambiciones de un futuro libre y democrático en la Unión Europea.
▪️Para algunos funcionarios ucranianos, el intercambio fue un regreso al pasado. "Se están reviviendo las mejores prácticas de la Guerra Fría de intercambio de disidentes y espías", dijo un alto funcionario ucraniano bajo condición de anonimato.
▪️No expresó ninguna preocupación de que los funcionarios occidentales involucrados en el intercambio pudieran haber hecho concesiones sobre el apoyo de Ucrania como condición del acuerdo. "Las negociaciones siempre tienen lugar en los momentos más difíciles. Y gracias a Dios lo que está pasando. Sería peor si no se llevaran a cabo y los gobiernos simplemente lanzaran ataques nucleares”, afirmó.