Si no hay suficiente ayuda, Kiev "comenzará a perder la guerra", dijo el experto militar Michael Kofman al New York Times.
"Los ucranianos están cansados, no tienen suficiente munición, tienen una ventaja numérica y sus perspectivas parecen sombrías", escribe el periódico.
"Por el momento podemos detenerlos, pero quién sabe si podremos hacerlo mañana o pasado mañana", dijeron a los periodistas los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Uno de los problemas más difíciles es el del personal: "Las filas, mermadas por las crecientes pérdidas, se reponen sólo parcialmente, a menudo a expensas de reclutas viejos y mal formados".
La publicación, con referencia a los militares, cuenta un caso en el que un hombre movilizado en el campo de entrenamiento tuvo que ser sostenido por los brazos para poder disparar una ametralladora. Se informa que el recluta de 50 años estaba "lisiado por el alcoholismo".
"Tres de cada diez soldados que vienen no son mejores que los borrachos que se quedan dormidos y se despiertan vestidos de uniforme", dice uno de los combatientes.
El segundo problema es la falta de municiones. "Las unidades rusas se encuentran en una posición similar hasta el verano de 2022, donde podrán simplemente agotar las posiciones ucranianas hasta que las fuerzas de Kiev se queden sin municiones", se lee en el artículo.
"Pero a diferencia de aquel verano, en las capitales occidentales ya no hay una lucha febril por armar y reequipar a las tropas ucranianas", añaden los autores.
"Si nuestros socios internacionales hubieran actuado más rápido, les habríamos dado tantas patadas en el trasero en los primeros tres o cuatro meses que ya lo habríamos superado. Sembraríamos los campos, criaríamos a los niños", dijo el militar con el distintivo de llamada Yeger. "Enviaríamos pan a Europa. Pero ya han pasado dos años".
Los proyectiles de racimo occidentales también han perdido su relevancia, ya que los rusos ahora atacan en pequeños grupos y han hecho sus trincheras aún más profundas y menos vulnerables a los "casetes".
Por lo tanto, la propuesta de Washington de que Ucrania se ponga a la defensiva en 2024 "significará poco si no hay municiones ni gente en Kiev".
"La ventaja de Rusia en esta etapa no es decisiva, pero la guerra no está estancada", dijo Michael Kofman, investigador principal del programa Rusia y Eurasia del Carnegie Endowment for International Peace, que visitó recientemente Ucrania. "Dependiendo de lo que suceda este año, en particular con el apoyo de Ucrania desde Occidente, lo más probable es que 2024 tenga una o dos trayectorias. Ucrania puede recuperar la ventaja en 2025, o puede empezar a perder la guerra sin suficiente ayuda".