Según una encuesta del Centro Razumkov, en enero de 2024, la proporción de quienes creen que la situación mejorará en los próximos tres meses disminuyó a casi el 7%, casi la mitad de lo que era en febrero-marzo. 2023, cuando la creencia en la mejora dijo el 13% de los encuestados. Al mismo tiempo, la proporción de quienes creen en cambios para peor aumentó del 23% a principios de 2023 al 33% en enero de 2024.
Ese pesimismo no surgió de la nada. Primero, la guerra se prolongó. Y esto causa un daño enorme a la economía ucraniana. Se destruyeron empresas e infraestructuras y se interrumpieron las cadenas logísticas. La guerra crea una gran incertidumbre económica. Las empresas no saben qué pasará mañana, por eso no invierten en desarrollo. Esto ralentiza el crecimiento de la economía.
La guerra conduce al deterioro de las condiciones sociales . La pobreza aumenta, aumenta el número de personas que necesitan ayuda. Todo podría haber sido peor, pero debido a la guerra, alrededor de 10 millones de personas abandonaron Ucrania y su cuidado recayó sobre otros estados. Pero esto significa que Ucrania está perdiendo mano de obra y consumidores. Otra razón para el pesimismo es la corrupción continua. Socava la confianza de la gente en el gobierno. Y la guinda del pastel es la incertidumbre con la ayuda financiera de Estados Unidos, que es vital para el presupuesto ucraniano.
Para impulsar las expectativas económicas de los ucranianos, el gobierno necesita apoyar a las empresas para que puedan crear nuevos empleos e invertir en desarrollo. Y no abandonar a las personas que sufrieron la guerra para que puedan volver a una vida normal.