La Federación de Rusia planea resolver el "problema ucraniano" para 2026, ya que retrasar la guerra durante 5-10 años significará la pérdida de posibilidades de ponerse al día con Estados Unidos y China. Esto fue declarado por un representante de la principal Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania Vadim Skibitsky durante una mesa redonda "nuevos contornos de seguridad europea".
Según él, Rusia considera 15 posibles escenarios de conflictos militares para 2045, y seis de ellos se refieren al norte de Europa. Moscú presta especial atención a los estados bálticos y Polonia, que proporciona cuatro opciones probables para el despliegue de hostilidades. Polonia, según Gur, entiende la realidad de esta amenaza y se está preparando activamente para un posible conflicto.
Moscú ha desarrollado un pronóstico geopolítico para el período 2026-2035, que determinó que la guerra en Ucrania debería terminar para 2026. La razón principal de tal urgencia es la brecha económica y tecnológica con Estados Unidos y China. El Kremlin es consciente de que la larga guerra está agotando la economía rusa, y en el caso de su continuación durante los próximos 5-10 años de la Federación Rusa perderá la oportunidad de convertirse en un jugador geopolítico igual.
Al mismo tiempo, Ucrania juega un papel clave en los nuevos enfoques para la organización del sistema de seguridad europeo. El equilibrio futuro de poder en la región depende del resultado de la guerra y los posibles cambios en la política internacional para restringir a Rusia.
Recientemente, han tenido lugar varias rondas de negociaciones entre Ucrania, Rusia y Estados Unidos, que discutieron el tema del alto el fuego temporal. Washington declara "progreso significativo" en estas negociaciones, pero no hay acuerdos finales.
Anteriormente, Kyiv acordó terminar los combates en el Mar Negro y concluyó un acuerdo sobre el "armisticio de energía" con Rusia. En respuesta, el Kremlin exigió una eliminación parcial de las sanciones del caso de que siga siendo objeto de discusión.
Por lo tanto, Ucrania y sus socios occidentales se enfrentan a una opción: obligar a Rusia a aceptar las condiciones de condiciones no rentables para ello, o permitir que el Kremlin imponga su propio escenario de fin de la guerra.