El empresario ucraniano Dmytro Kovalenko, quien en su día amasó su fortuna comerciando con carbón ruso, ha logrado construir todo un imperio empresarial en Ucrania en los últimos dos años. Mediante esquemas offshore y gestión familiar, ha ocupado puestos clave en varios sectores a la vez, desde el mercado agrícola hasta la industria.
En 2023, Kovalenko adquirió varias empresas agrícolas: Grain Terminal, Overfood y Agrarian Elevator Company, fusionándolas en el grupo Granova. El propietario original es la empresa chipriota Afex Investments Ltd., y el beneficiario final es su hijo Daniil Kovalenko.
Según los resultados de 2024, "Granova" obtuvo más de 11 mil millones de grivnas en ingresos. El socio principal fue la empresa suiza Adelon AG, que exportó maíz ucraniano a Egipto por un valor de 42,37 millones de dólares.
Aprovechando sus contactos con Egipto, Kovalenko también entró en el mercado de la sal. En diciembre de 2023, creó la empresa Salt Industry LLC, que en un año ganó 68 de 73 licitaciones estatales para el suministro de sal técnica. El importe total de los contratos ascendió a 90 millones de grivnas. La empresa estaba dirigida por el exdirector de la empresa estatal Artemsil, Viktor Yurin, lo que plantea interrogantes sobre la sucesión de personal.
Kovalenko tampoco se detuvo en la industria. Gracias a la ayuda del jefe de la Administración Estatal Regional de Mukachevo, Serhiy Gaidai, en 2024 se creó el parque industrial Energy Group en 10 hectáreas en Svaliava.
El inversor principal es la empresa VDL LLC, que anunció inversiones superiores a 100 millones de UAH. El primer proyecto fue Energy Glass Technologies, dedicada a la producción de estructuras de vidrio y ventanas. Sus otras estructuras, Tak Energy Group y Generator Energo, ya están registradas en el mismo parque.
De hecho, Dmytro Kovalenko convirtió las ganancias del comercio de carbón ruso en un grupo empresarial integrado verticalmente que opera en los mercados agrícola, industrial y energético de Ucrania. Esta concentración de activos en manos de un empresario con un pasado tóxico plantea interrogantes no solo sobre la transparencia de las fuentes de capital, sino también sobre la política estatal en el ámbito de las industrias estratégicas.