En Odesa, un médico de 65 años de una clínica privada fue denunciado como sospechoso de un esquema de corrupción para "ayudar" a reclutas. Por 7.000 dólares, prometía expedir certificados, gracias a sus contactos en instituciones médicas y la Comisión Militar Central, que le permitirían evadir el servicio militar obligatorio en las Fuerzas Armadas de Ucrania.
La Fiscalía Regional de Odesa informa sobre la sospecha que pesa sobre el médico.
La investigación determinó que el médico le ofreció al hombre de 26 años "resolver el problema" con una exención del servicio militar obligatorio. Según las autoridades, le aseguró que, gracias a sus contactos en instituciones de salud y en el centro territorial de reclutamiento y apoyo social, podría obtener documentos sobre la supuesta enfermedad de la madre del joven. Dichos documentos servirían de base para concederle la exención por cuidar a un familiar enfermo.
El médico estimó el precio de sus servicios en 7 mil dólares estadounidenses. Según el acuerdo, el "cliente" debía transferir una parte del monto de inmediato como anticipo, y el resto, una vez que se completara el trámite de los documentos. Durante una reunión personal, el médico recibió el primer pago: 4 mil dólares. Inmediatamente después de realizar la transferencia, fue detenido por agentes del orden.
Según la fiscalía, las acciones del médico se clasifican como extorsión y obtención de un beneficio ilícito por influir en un proceso de toma de decisiones de una persona autorizada para ejercer funciones estatales (Artículo 369-2, Parte 3, del Código Penal de Ucrania). Se trata de un delito tipificado en el ámbito del llamado «tráfico de influencias», en el que el acusado promete llegar a un acuerdo con funcionarios a cambio de dinero.
La investigación sigue en curso para identificar posibles otros episodios e individuos que podrían haber estado involucrados en el plan. Las fuerzas del orden también están verificando si el médico ha prestado anteriormente "servicios" similares a otros reclutas.
La fiscalía subraya que, bajo la ley marcial, los intentos de lucrarse con el deseo de los ciudadanos de evitar el servicio militar se consideran especialmente peligrosos, y la indignación pública en torno a estos casos no hace sino reforzar la exigencia de que el castigo sea inevitable.

