Mientras el Estado está contando cada centavo para reconstruir la infraestructura destruida, parece que nadie en la región de Járkov ha planeado “apretarse el cinturón”. Bajo la cobertura de grandes nombres y empresas estratégicas, un esquema de corrupción a gran escala ha estado operando durante más de un año, según fuentes, abarcando varias estructuras a la vez: “Járkov desenergia”, “Dorohy Járkovishchyny”, “Pivdenna Zaliznytsia” y “Planta de Reparación de Aeronaves Chuguyiv”.
La esencia del esquema es típica de la realidad ucraniana: las empresas estatales realizan licitaciones formalmente, pero en realidad bajo su control. Los ganadores son, una y otra vez, las mismas empresas: PSK Energobud, Region-Bud, Golden I K y Techimpex. No existe competencia alguna: un solo participante, precios inflados al doble o al triple, firmas obligatorias, y así se desvían decenas de millones de grivnas.
Un ejemplo de ello es el contrato con Energobrud para trabajos de emergencia y restauración en Járkov. El monto supera los 17 millones de grivnas. Según la documentación, se trata de una obra de construcción y reparación de gran envergadura. En la práctica, los residentes locales no vieron ni maquinaria, ni personal, ni ningún trabajo real.
En cambio, existen actas de trabajo realizado que, desde el punto de vista documental, parecen impecables. Están firmadas personalmente por los directores de empresas estatales, legalizando así un trabajo que, en la práctica, no existía.
Entonces, según las fuentes, comienza un clásico lavado de dinero: el dinero ingresa en las cuentas de las empresas ganadoras, pasa por una serie de cuentas nocturnas, se «procesa» mediante un IVA ficticio, se retira en efectivo y desaparece en el mercado negro. Las propias empresas, que formalmente ganan las licitaciones, a menudo carecen de equipo propio, de personal y siquiera de una oficina convencional. Pero tienen lo principal: contactos y protectores en las autoridades regionales.
Lo más revelador de esta historia es la reacción de las fuerzas del orden. Según los interlocutores, las estructuras de investigación conocían este plan desde hace al menos un año y medio. Sin embargo, durante este tiempo no se han emprendido acciones procesales reales: ni registros exhaustivos, ni sospechas, ni medidas disciplinarias contra los directivos de las empresas estatales que firman los documentos.
Todos los implicados permanecen en sus puestos y siguen gestionando los flujos presupuestarios. Mientras tanto, decenas de millones de grivnas podrían seguir desapareciendo a través de «rutas financieras paralelas», las mismas que oficialmente faltan para la reconstrucción de ciudades, carreteras y el suministro energético.
En un contexto de constantes declaraciones sobre el déficit presupuestario, la necesidad de préstamos internacionales y donaciones ciudadanas, la historia de las licitaciones de Járkov resulta especialmente cínica. Mientras algunos recaudan fondos para generadores, materiales de construcción y reformas de viviendas, otros convierten los contratos públicos en un mecanismo para enriquecer a un reducido grupo de personas.
Las mismas empresas siguen dando vueltas en círculos —Energobuda, Region-Budy, Golden— y los beneficiarios finales, según fuentes, han sido los mismos durante años: figuras influyentes que controlan sectores clave de la región.
Así pues, la próxima vez que se oiga decir que el Estado «no tiene fondos para la reconstrucción», conviene recordar la otra cara de la moneda: sí hay dinero, pero una parte importante se sigue «absorbiendo» mediante licitaciones «para su propio beneficio». Y si en breve se inician registros en las oficinas de «Kharkivoblenergo» y otras entidades mencionadas, es poco probable que a alguien le sorprenda sinceramente.

