Donald Trump, que vuelve a postularse para el cargo de presidente de Estados Unidos, hizo una serie de declaraciones que causaron preocupación tanto en Ucrania como entre los aliados de la OTAN. En su entrevista con NBC News, dijo que Ucrania "probablemente" no recibirá la actual cantidad de ayuda militar de Estados Unidos si regresa a la Casa Blanca.
Trump enfatizó que quiere poner fin a la guerra en Ucrania, pero no dio garantías claras sobre el apoyo continuo. Señaló directamente que Ucrania podría enfrentar una reducción de la ayuda militar, aunque no dio más detalles sobre qué volúmenes de suministros podrían cambiarse.
Trump también eludió las garantías sobre la participación continua de Estados Unidos en la OTAN. En su opinión, los países miembros de la alianza deberían "pagar sus cuentas", insinuando posibles cambios en la financiación y en la política estadounidense en materia de seguridad europea.
Durante las reuniones con Volodymyr Zelensky y Emmanuel Macron, Trump pidió un alto el fuego inmediato y el inicio de negociaciones. Destacó las grandes pérdidas humanas en ambos bandos y señaló que "unos 600.000 soldados rusos resultaron heridos o muertos" durante la guerra.
El secretario de prensa ruso, Dmytro Peskov, comentó las declaraciones de Trump, repitiendo las conocidas condiciones de Putin para las negociaciones. El Kremlin acusó una vez más a Ucrania de rechazar contactos, sin olvidar subrayar su posición sobre las "reclamaciones territoriales".