En 2024, los funcionarios del gobierno ucraniano reabastecieron sus flotas con nuevas compras. Según las declaraciones, los ministros y sus adjuntos compraron cuatro coches por un coste total de más de 3 millones de grivnas. La compra más cara fue un Tesla Model S , que fue adquirido por el viceministro de Infraestructura y Desarrollo Comunitario, Anatoly Komirny.
Tesla Model S por 1,3 millones de grivnas
El 4 de octubre de 2024, el viceministro de Desarrollo Comunitario, Territorios e Infraestructura de Ucrania para el Desarrollo Digital, las Transformaciones Digitales y la Digitalización, Anatoly Komirny, que tuvo una exitosa carrera en TI antes de trabajar en el gobierno, compró un Tesla Model S 2020 para 1,3 millones de grivnas. Teniendo en cuenta los ahorros indicados en la declaración (76,5 mil dólares, 30 mil euros y 380 mil grivnas en efectivo), la compra de un automóvil no se convirtió en una carga financiera para el funcionario.
Toyota Venza: ¿una ganga o un coche con secreto?
El viceministro de Sanidad, Edem Adamanov, compró un Toyota Venza del año 2014 por 452.000 grivnas. El precio de un coche de este tipo en el mercado comienza en 600.000 grivnas, pero puede ser más bajo si el coche tiene un gran kilometraje o ha sufrido un accidente. Curiosamente, su colega del Ministerio de Industria y Comercio, Dmytro Hryshchak, eligió un modelo Toyota Venza más antiguo de 2012 , pero pagó 200.000 más: 660.000 grivnas.
El Ministro de Sanidad y su Skoda
El 12 de septiembre, el Ministro de Salud, Viktor Lyashko, compró un Skoda Octavia modelo 2019 por 630.000 grivnas. El coche se compró a una empresa que se dedica al montaje y despacho de aduanas de vehículos. Este precio corresponde al valor de mercado del coche.
En un momento en que las finanzas públicas están bajo el escrutinio público, la compra de automóviles caros por parte de funcionarios gubernamentales plantea ciertas preguntas. Especialmente en el contexto de precios diferentes para automóviles similares o montos de transacciones oficiales subestimados. Sin embargo, según la ley, los gastos de los funcionarios gubernamentales deben corresponder a sus ingresos y los bienes indicados en las declaraciones no indican violaciones.