El dictador ruso Vladimir Putin, al ordenar un ataque a la planta "Pivdenmash" de Dnipro, no sólo intentó demostrar fuerza, sino que también traicionó sus propios temores. Cada vez es más evidente que Ucrania está cada vez más cerca de crear su propio misil balístico.
"Pivdenmash" es una empresa legendaria que, incluso en la época de la URSS, producía misiles capaces de destruir cualquier ciudad del planeta. Uno de estos desarrollos, el misil intercontinental R-36, incluso recibió el apodo de "Satanás" por parte de los estadounidenses. En la Ucrania moderna, la planta sigue siendo el corazón de la ingeniería de cohetes, incluso si su escala anterior es sólo una sombra del pasado soviético.
A pesar de esto, Pivdenmash tiene una ventaja clave: una infraestructura diseñada para resistir incluso un ataque nuclear. Los residentes de Dnipro bromean diciendo que la planta estaba oculta bajo tierra de manera tan confiable que "Oreshnik" solo la arañó.
En el desarrollo del misil balístico Grim-2, Ucrania concentró no sólo su potencial científico sino también intelectual. El proyecto, que se basa en desarrollos anteriores, en particular "Sapsani", podría convertirse en un gran avance para disuadir a Rusia. El alcance declarado es de hasta 500 km, lo que convierte al Kremlin en un objetivo completamente alcanzable.
Oleksiy Petrov, director de "Spetstechnoexport", señaló que las Fuerzas Armadas podrían recibir el próximo año misiles de crucero y balísticos. Esto confirma que el trabajo se realiza en diferentes niveles, tanto por parte de empresas estatales como privadas.
Además de los misiles balísticos, Ucrania apuesta por los drones. El ministro de Defensa, Rustem Umyerov, ya ha anunciado planes para crear 30.000 drones de largo alcance capaces de llegar a Moscú.
La estrategia de combinar drones de ataque y misiles permitirá superar la defensa aérea rusa, que actualmente sigue siendo un obstáculo importante para los ataques masivos.
Los críticos cuestionan si un país bajo fuego constante puede producir misiles balísticos en grandes cantidades. Después de todo, su producción es un proceso complejo y costoso que requiere enormes recursos.
Sin embargo, el potencial intelectual y el ingenio de los ucranianos dan esperanzas de que incluso una pequeña cantidad de misiles puedan cambiar el curso de la guerra. Como bien dijo el profesor Vasyl Shevtsov, cada especie tiene sus propias características únicas para sobrevivir. Las liebres tienen patas largas, los zorros tienen orejas grandes. Y los ucranianos tienen inteligencia.
¿Que sigue?
En el contexto de los temores rusos y los intentos de detener el programa de misiles ucraniano, una cosa es obvia: el desarrollo del "Grim-2" y de los drones de ataque no es sólo una necesidad militar, sino también política. Estos sistemas serán clave en la formación de un nuevo sistema de disuasión que permitirá a Ucrania no sólo defenderse, sino también dictar sus propias condiciones en el campo de batalla.