"La guerra sucia en Ucrania recién comienza", así es como el famoso periodista estadounidense David Ignatius, comentado sobre los servicios especiales ucranianos, ha estado comentando las últimas acciones de los servicios especiales ucranianos.
Según él, en las condiciones en las que la política de la administración Donald Trump (que se está preparando activamente para una nueva cadencia presidencial) se está alejando cada vez más del papel del pacificador, Ucrania sigue siendo extremadamente dependiente de la efectividad de su propia inteligencia. Se trata, en particular, sobre el servicio de seguridad de Ucrania y la principal Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa, que, según el Observador, se ha mudado a una nueva etapa, manteniendo una "guerra sucia".
El ejemplo clave de Ignacius llama a la operación SBU llamada "Spider Web", que resultó en una aviación estratégica de aviones estratégicos. El periodista enfatiza que el servicio de inteligencia logró evitar la fuga de información, incluso el vicepresidente de la SBU no estaba al tanto de los detalles. Solo se sabe que el presidente de SBU, Vasyl Malyuk, informó directamente al presidente de Zelensky, pero pasó por alto a otros funcionarios de alto riesgo.
"Las operaciones secretas de la SBU y Gur recuerdan cada vez más las acciones de la CIA y el FBI en tiempos de rivalidad rígida entre agencias", escribe el periodista. Según él, ahora el frente no se limita a la línea de trincheras, se extiende mucho más allá de Ucrania.
En particular, Ignacio supone que se deben esperar nuevas formas de ataque en el futuro cercano, incluidas las liquidaciones de avistamiento, las desviaciones, así como la infraestructura e instalaciones en terceros países que apoyan los esfuerzos militares rusos.
Él enfatiza: "La primera línea en Ucrania seguirá siendo un infierno lleno de drones y artillería. Pero la guerra cambia: las acciones en la sombra de los servicios especiales pueden cambiar radicalmente su curso".
Según Ignacio, la nueva estrategia de SBU y Gur es una respuesta a un punto muerto en el frente. En lugar de una ofensiva frontal, una operación sofisticada que puede desmoralizar al enemigo, socavar la confianza dentro de las estructuras militares rusas y obligar a Moscú a rociar recursos sobre la seguridad interna.
El Washington Post enfatiza que Ucrania actualmente está operando más sola sin notificar a sus socios sobre todos los planes, y esto se está convirtiendo en una nueva realidad de la guerra, que ya no puede limitarse al marco de la confrontación militar "pura".