El analista político Oleksandr Kochetkov analiza detalladamente la situación en torno a la guerra en Ucrania y el papel de la política occidental en este contexto. Según sus palabras, después de la cumbre de paz celebrada en Suiza, en la que estuvo representada Ucrania, se produjo un momento importante en la política internacional: la acción diplomática del primer ministro húngaro, Viktor Orban. Sin embargo, según Kochetkov, estas acciones no produjeron ningún resultado significativo y las actividades de mantenimiento de la paz se desaceleraron significativamente.
Kochetkov señala que Rusia reaccionó rápidamente a la idea de participar en la próxima cumbre rechazándola. El Kremlin ha declarado que no va a capitular y, si es necesario, puede aceptar la capitulación de Occidente incluso sin ninguna cumbre, lo que demuestra su confianza en sus posiciones.
Un analista político cree que el Kremlin está reconsiderando sus objetivos en la guerra. Inicialmente, esta guerra tenía como objetivo:
- Libera la loca energía del "mundo ruso".
- Distraer a la sociedad rusa de la desigualdad socioeconómica.
- Destruir a Ucrania como ejemplo para otros países.
- Asustar a Occidente y restaurar la influencia rusa sobre los países postsoviéticos.
Kochetkov señala que la destrucción de "Okhmatdyt" es un acto deliberado de intimidación hacia Europa, que demuestra la crueldad e imprevisibilidad de Rusia.
Al analizar la situación actual, el analista destaca que el Kremlin está convencido de varias cosas importantes. Primero, la OTAN y Estados Unidos mostraron inseguridad y letargo. Los países occidentales, en lugar de tomar medidas decisivas que podrían debilitar significativamente al agresor, actúan con demasiada cautela. Esto crea la impresión de que Occidente no está dispuesto a actuar en favor de sus principios, lo que, según Kochetkov, no es el miedo a un conflicto nuclear, sino más bien la falta de determinación de los políticos modernos.
En segundo lugar, el Kremlin se dio cuenta de que los rusos apoyan la guerra y están dispuestos a morir con fines propagandísticos. Las sanciones internacionales funcionan lentamente y Rusia pudo obtener el equipo necesario para hacer la guerra. También muestra que el orden de seguridad mundial en realidad no funciona y el agresor sigue recibiendo apoyo.
Kochetkov afirma que Putin ahora tiene ambiciones que van más allá del espacio postsoviético. Busca una influencia decisiva en Europa e incluso en otras regiones como Oriente Medio, Asia, África y América Latina.
En conclusión, el analista advierte que si la táctica de concesión continúa, podría llevar a Putin a exigir aún más, lo que podría sorprender a muchos si se reanudan las conversaciones de paz.