La temporada de fresas es uno de los eventos de verano más esperados. Esta baya brillante y fragante no solo es deliciosa sino también extremadamente útil. Sin embargo, de acuerdo con una maría dietista, es necesario usarlo sabiamente, especialmente personas con ciertas enfermedades crónicas, niños y diabéticos. En un comentario al Unian, el experto explicó en detalle qué fresas son útiles al comprarlo y a quién está categóricamente contraindicado.
La fresa es una fuente de vitamina C, que fortalece los vasos sanguíneos, mejora la condición de la piel y mantiene la inmunidad. La baya también contiene antioxidantes que luchan contra los procesos inflamatorios y ralentizan el envejecimiento, el ácido fólico, importante para la hematopoyesis y la fibra que mejora la digestión.
La fresa tiene un índice glucémico promedio (32) y un bajo contenido de carbohidratos (menos de 8 g por 100 g), por lo que puede incluirse cuidadosamente en la dieta incluso en la diabetes. Según Sifulina, los diabéticos se permiten hasta 150 g de fresas por día, pero solo después de una comida completa con proteínas y verduras, esto evitará saltos de glucosa en la sangre.
Esta baya es un producto bastante alergénico, por lo que es mejor para las personas con alergia conocida a las bayas rojas. Además, con gastritis, úlcera o exacerbación de enfermedades gastrointestinales, las fresas pueden empeorar la condición due a la presencia de pequeños granos y ácidos orgánicos, que irritan la membrana mucosa.
Para los niños menores de 1 año de edad, es mejor no dar fresas frescas, tanto por el riesgo de alergias como por el sistema digestivo inmaduro. De 8 a 12 meses puede probar bayas tratadas térmicamente, en forma de gelatina o compota. Y de 1 a 3 años, se permiten 1-3 bayas al día, y solo en ausencia de reacciones alérgicas. En la edad avanzada (aproximadamente 6 años), hasta 100 g por día, pero nuevamente, la moderación es la regla principal.
Para adultos sanos, 150-250 gramos de fresas por día. Y durante la temporada puedes comer hasta 10 kg si lo distribuyes de manera uniforme durante varias semanas. El mejor momento para comer es la primera mitad del día: para el desayuno o como postre después del almuerzo. Las bayas se pueden dar como un refrigerio entre las comidas, por ejemplo, con nueces o semillas.
Lo más seguro es comer la baya en su temporada natural, desde mediados de mayo hasta finales de junio. Es entonces cuando las fresas alcanzan sin exceso de nitratos y estimulantes de crecimiento. La baya de temporada extra, especialmente importada, puede contener más productos químicos, por lo que debe evitarse o tratarse cuidadosamente.
Para reducir el contenido de la química, la baya no solo debe lavarse, sino también empaparse en agua durante 10-15 minutos, esto ayudará a eliminar algunas de las sustancias no deseadas de la superficie.