Es poco probable que el ejército ucraniano consiga apoderarse de la central nuclear de Kursk, ya que podría tener consecuencias mucho más negativas para Ucrania que para Rusia. Esta opinión la expresaron los expertos en energía en un comentario a la publicación NV.
El doctor en ciencias físicas y matemáticas Ludvig Lytvynskyi, ex empleado del Instituto de Investigación Nuclear de la Academia Nacional de Ciencias, señaló que la captura de la planta nuclear no redunda en interés de Ucrania.
"Quien se apodere de una central nuclear tiene toda la responsabilidad de la seguridad nuclear. ¿Y por qué necesitamos esa maleta sin asa? dijo Lytvynskyi, enfatizando la complejidad y el peligro de gestionar instalaciones nucleares.
Volodymyr Omelchenko, director de programas energéticos del Centro Razumkov, considera especulación el debate sobre un posible intercambio de la central nuclear de Kursk por la central de Zaporizhzhia. En su opinión, es poco probable que los rusos acepten el intercambio y la incautación de la estación podría utilizarse para una poderosa campaña de información contra Ucrania.
Omelchenko señaló que incluso la toma teórica del control de la central nuclear de Kursk tendría consecuencias mucho peores para Ucrania. "La OIEA puede señalar que Ucrania ha violado las normas de seguridad, creando un precedente peligroso y una situación de emergencia", explicó.
En el caso de que Ucrania capture la central nuclear de Kursk, el país podría perder algunos de sus aliados internacionales. Ivan Stupak, experto militar y ex empleado del SBU, advirtió sobre las posibles consecuencias: "La OIEA condenará tales acciones. Esperamos la indignación de la ONU y el riesgo de perder a parte de nuestros aliados, lo que podría llevar a un cese del suministro de armas".
Stupak también señaló que se podría llamar a Ucrania un "país terrorista nuclear", lo que reduciría el apoyo internacional y complicaría la situación en el frente.