El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyi, firmó una ley que cambia radicalmente las reglas del juego en el mercado del juego. Las principales innovaciones incluyen la liquidación de la Comisión Reguladora de Juegos de Azar y Loterías (KRAIL), la prohibición de la publicidad de juegos de azar y la modernización de las herramientas de supervisión de la industria.
Las principales disposiciones de la ley.
Como afirmó el jefe de la comisión parlamentaria de finanzas, impuestos y política aduanera, Danylo Hetmantsev, la ley prevé:
- Liquidación de KRAIL : sus funciones se repartirán entre el ministerio especializado y un nuevo organismo sin carácter colegiado.
- Prohibición de publicidad de juegos de azar : se hacen excepciones sólo para una lista limitada de métodos permitidos, así como para el patrocinio deportivo.
- Juego controlado : se ha implementado un nuevo mecanismo de seguimiento de las actividades de los operadores en lugar de los controles habituales.
- La lucha contra la adicción al juego : se han reforzado los requisitos para los organizadores, se han añadido nuevos motivos para la cancelación de licencias y se han bloqueado sitios web ilegales.
- Pagos obligatorios no en efectivo : todas las transacciones ahora deben realizarse a través de bancos.
- Nuevas reglas para las loterías estatales : se han introducido requisitos similares a los de los operadores de juegos de azar, incluida la transparencia de la estructura de propiedad y una reputación comercial impecable.
Estos cambios afectarán no sólo a los operadores de juegos de azar, sino también a los participantes de las loterías estatales. La ley también obliga a las entidades del mercado a reanudar la presentación de informes incluso durante la ley marcial.
La innovación clave es la lucha contra la adicción al juego, que implica un control más estricto de las actividades de los operadores. Al mismo tiempo, prohibir la publicidad puede limitar la popularización del juego entre los jóvenes.
La nueva ley es un paso hacia la transparencia que debería reducir el abuso del juego y garantizar la protección de los intereses tanto de los jugadores como del Estado.