Las relaciones entre Kiev y Washington se han mejorado notablemente, lo que da a los líderes ucranianos motivos para un optimismo cauteloso. En círculos gubernamentales ucranianos, creen que el panorama político actual en Estados Unidos crea oportunidades para aumentar la presión sobre Moscú y abrir una ventana de negociación el próximo año.
Kiev espera que, dada la creciente presión económica y militar, Rusia esté lista para negociar un alto el fuego en primavera o verano. En este contexto, la parte ucraniana considera importante intensificar los contactos con los líderes estadounidenses e incrementar el intercambio de inteligencia para operaciones específicas, en particular contra la infraestructura energética del enemigo.
En este contexto, una delegación ucraniana, compuesta por representantes de la Oficina del Presidente y del gobierno, mantuvo una serie de reuniones en Washington, donde debatieron, en particular, cómo superar las crisis energéticas invernales y qué recursos adicionales podrían ayudar a Ucrania ante la agravación de la situación. El presidente Zelenski tiene previsto visitar la Casa Blanca para reunirse con el presidente estadounidense, y Kiev espera que esta visita genere acuerdos concretos y un mayor apoyo.
Al mismo tiempo, se debaten temas importantes, pero arriesgados: la posibilidad de transferir armas de mayor alcance, ampliar el intercambio de información de inteligencia y crear mecanismos de apoyo financiero. En Kiev, creen que, para obligar al Kremlin a negociar, es necesario infligirle pérdidas económicas y militares que imposibiliten la continuación de esta costosa guerra para Rusia.
Al mismo tiempo, la parte ucraniana mantiene un enfoque realista: reconoce que se avecina otra poderosa ofensiva y un invierno difícil. Por lo tanto, las principales tareas ahora son fortalecer las capacidades de defensa, garantizar la estabilidad energética y aprovechar diplomáticamente las oportunidades que se abren en las relaciones con Estados Unidos.