Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Northwestern arroja luz sobre uno de los factores más importantes para la longevidad: la estabilidad financiera. Los resultados de un análisis multianual revelaron que las personas que han acumulado un patrimonio significativo al llegar a la mediana edad tienen un riesgo mucho menor de muerte prematura.
El estudio involucró a 5400 adultos con una edad promedio de 46,7 años, así como a 2400 de sus familiares, incluyendo gemelos. Durante un período de 24 años, los investigadores rastrearon las tasas de mortalidad y las compararon con el patrimonio de los participantes. Resultó que quienes acumularon mayor riqueza vivieron más tiempo, independientemente de las influencias familiares o genéticas.
Curiosamente, se observaron resultados similares incluso entre hermanos. Esto sugiere que la relación entre la riqueza y la longevidad no puede explicarse únicamente por la herencia o los antecedentes familiares. El bienestar financiero puede influir en la salud mediante el acceso a medicamentos de calidad, una nutrición saludable y oportunidades para la actividad física.
La estabilidad financiera no se trata sólo de comodidad, sino también de las posibilidades de vivir más tiempo, y podría ser la clave para implementar cambios sociales destinados a apoyar a las personas con ingresos más bajos, dicen los investigadores.
Los resultados de este estudio podrían impulsar nuevas reformas en el ámbito de la política social, ya que la concienciación sobre el papel del dinero en la salud puede influir en el enfoque del Estado para apoyar a los ciudadanos. Al fin y al cabo, la búsqueda del bienestar financiero no se limita a los beneficios materiales, sino también a mantener la salud y la vitalidad.