Nuestro cumpleaños, nuestros primeros pasos o nuestras primeras palabras son eventos importantes, pero somos incapaces de recordarlos. Este fenómeno se conoce como amnesia infantil y ha sido un misterio para neurocientíficos y psicólogos durante décadas.
Los investigadores plantean la pregunta principal: ¿los bebés crean recuerdos que luego se vuelven inaccesibles o son incapaces de formar recuerdos en absoluto en los primeros años de vida?
Durante muchos años, se creyó que los niños menores de 3 o 4 años no retenían recuerdos debido al subdesarrollo del hipocampo, la parte del cerebro responsable de la formación de la memoria. Sin embargo, nuevas investigaciones demuestran lo contrario.
El equipo del profesor Nick Turk-Brown, de la Universidad de Yale, realizó experimentos con bebés mediante resonancia magnética para registrar la actividad cerebral. Resultó que el hipocampo puede participar en la formación de recuerdos desde el primer año de edad. Los bebés reconocieron imágenes previamente mostradas, lo que indica su capacidad para recordar.
Sin embargo, la pregunta persiste: ¿adónde van estos recuerdos después de un tiempo? Algunos estudios con animales han demostrado que los recuerdos no desaparecen por completo, sino que se vuelven latentes y pueden recuperarse en ciertas condiciones.
Otro problema son los llamados recuerdos falsos. Las personas suelen estar convencidas de recordar acontecimientos de su infancia, cuando en realidad solo recrean una imagen basada en historias de seres queridos o fotografías.
Los científicos enfatizan que la amnesia infantil está estrechamente relacionada con la comprensión de nuestra propia identidad. «Tenemos un punto ciego en los primeros años de vida, y esto nos hace reflexionar sobre qué nos define como somos», afirma la profesora Turk-Brown.