La detención de Tetyana Krupa , diputada del partido Siervo del Pueblo y médico jefe del Servicio Médico y Social de Khmelnytskyi (MSEK), así como de su hijo, el jefe del Fondo de Pensiones de la región de Khmelnytskyi, Oleksandr Krupa, provocó una amplia resonancia en Ucrania. Durante las búsquedas, los agentes del orden encontraron más de 10 millones de dólares en efectivo, que estaban guardados no sólo en Ucrania, sino también en el extranjero: en Austria, Polonia, Turquía y España. Además, la familia Krupa posee treinta casas en Ucrania y Europa.
La pregunta principal era: ¿por qué Tatyana Krupa pudo ocupar continuamente el puesto de médico jefe del MSEK durante 16 años? La respuesta se encontró en el sistema que apoyaba los esquemas de corrupción. Al final resultó que, casi todos los fiscales de la región de Khmelnytskyi, incluido el fiscal regional Oleksiy Oliynyk, recibieron el estatus de personas discapacitadas del segundo grupo según la decisión de Tetyana Krupa. Así, no sólo recibían pensiones de invalidez, sino que también recibían ventajas profesionales: eran más fáciles de transferir y también tenían una mayor protección contra el despido.
Cabe señalar que sólo un fiscal, Oleksandr Gonchar, no registró su discapacidad. Esto indica un enfoque sistemático, porque según las declaraciones, el importe total de las pensiones pagadas a 50 fiscales asciende al menos a 54,1 millones de grivnas.
Según la información, los cónyuges del fiscal regional de Oliynyk recibieron 2,5 millones de grivnas en concepto de pagos de pensiones. Oleiynyk solicitó por primera vez una pensión en 2017, recibiendo 34.397 grivnas, y en 2023, él y su esposa ya recibieron 251.260 grivnas cada uno. Este hecho muestra que cuanto más alto es el puesto, más "crecen" la discapacidad y los beneficios.
El plan quedó al descubierto tras registros en los que se encontraron 104.000 dólares en posesión de Krupa. Los sobornos para obtener certificados de discapacidad oscilaban entre 3.000 y 4.000 dólares por persona, siendo las mujeres las que recibían la mayor cantidad de sobornos. Esto permitía a sus maridos cuidar de una persona discapacitada, lo que automáticamente las excluía del número de personas elegibles para la movilización. Por tanto, las estadísticas de evasores permanecieron opacas.
Es interesante por qué los esquemas de corrupción no fueron descubiertos por la fiscalía local, sino por la Oficina Estatal de Investigación. La respuesta probablemente esté en el estrecho entrelazamiento de intereses entre los funcionarios locales, que actuaron como una única organización criminal, cubriéndose unos a otros y protegiendo sus ingresos de los sobornos.
Los hechos señalados apuntan a una corrupción sistémica en la región de Khmelnytskyi, donde los organismos encargados de hacer cumplir la ley estaban al tanto de un plan de registro de discapacidad a gran escala. Es obvio que todas las decisiones del MSEK relativas a la emisión de certificados de discapacidad deben revisarse y los fiscales que recibieron la condición de discapacitados sin una base real deben ser destituidos y responsabilizados.
Además, el registro masivo de discapacidad entre los agentes del orden y sus familiares indica la necesidad de una reforma urgente del sistema para evitar abusos similares en el futuro.