Cada uno de nosotros está familiarizado con la sensación de sed. Cuando sentimos esta necesidad, un sorbo de agua puede parecernos especialmente delicioso y agotador. Investigaciones recientes realizadas por científicos han revelado por qué sucede esto y explican cómo reacciona nuestro cuerpo a la necesidad de líquido.
No es ningún secreto que el agua representa más del 60% del peso corporal de los adultos y, por lo tanto, es literalmente necesaria para que una persona sobreviva. Pero ¿por qué nos parece tan delicioso cuando tenemos sed y damos el primer sorbo en el día más caluroso? Los científicos creen saber la respuesta, escribe Live Science.
Según Patricia Di Lorenzo, profesora emérita de psicología de la Universidad de Binghamton en Nueva York, las personas sienten sed cuando hacen ejercicio vigoroso o en un día especialmente caluroso. Esto se debe a que cuando sudamos, nuestro volumen sanguíneo disminuye.
La mayoría de las áreas del cerebro están separadas por la barrera hematoencefálica, una capa de células que evita que toxinas y patógenos dañinos infecten el cerebro. Sin embargo, algunas partes del cerebro humano van más allá de esta barrera, lo que permite al cuerpo detectar rápidamente cambios en nuestra sangre. Cuando perdemos volumen de sangre debido al ejercicio, el calor o los alimentos salados, las neuronas de estas partes del cerebro envían una señal para desencadenar la sensación de sed.
Según Yuki Oka, profesor de biología en el Instituto de Tecnología de California, esta reacción rápida es realmente importante para la supervivencia y, si tardara más, simplemente nos sentiríamos deshidratados.
Estudios anteriores ya han demostrado que tres áreas de nuestro cerebro son responsables de procesar la sed:
- órgano subfornical (OFS);
- placa terminal de órgano vasculoso (OVLT);
- núcleo preóptico mediano (MnPO).
La OFS y la OVLT se encuentran fuera de la barrera hematoencefálica. En 2018, los científicos realizaron un estudio en ratones y descubrieron que las tres áreas tienen neuronas que controlan la sed, pero solo el MnPO está en medio de este proceso cuando las células nerviosas se excitan. Es esta área la que transmite señales de sed a otras dos áreas, así como a otras partes del cerebro, lo que nos impulsa a buscar agua.
Después de tomar un sorbo, el agua se absorbe y circula por nuestro cuerpo. Sin embargo, nuestro cuerpo comienza a enviar señales a nuestro cerebro para decirnos que estamos obteniendo agua mucho antes de que estemos completamente hidratados. De hecho, después del primer sorbo, el cerebro humano libera una avalancha del neurotransmisor dopamina, y la mayoría de los científicos coinciden en que la dopamina participa en la búsqueda de recompensas, el movimiento y la motivación. Además, es la dopamina la que motiva a los animales, incluidos los humanos, a gastar energía en actividades que nos recompensan o nos ayudan a mantenernos vivos, como comer y beber agua.
Según Oka, si se libera dopamina durante una determinada acción, las personas y los animales tienden a repetir esas acciones, recibiendo una señal "positiva" del cerebro. Desafortunadamente, los científicos aún no saben exactamente cómo beber agua provoca la liberación de dopamina, pero un estudio de 2019 encontró que los ratones que sentían sed y bebían agua producían dopamina. Al mismo tiempo, los ratones que tenían sed y recibieron agua directamente en el intestino no produjeron dopamina. Esto indica que el proceso de beber en sí juega un papel importante en la producción de dopamina.
Los investigadores también descubrieron que el acto de tragar también envía un mensaje a las neuronas del MnPO de que el cuerpo está recibiendo agua. Luego, MnPO desactiva las neuronas de la sed en la OFS, creando una sensación de saciedad. Sin embargo, tragar no es el único proceso que ayuda a calmar la sed.
Después de que el agua ingresa al intestino, el cuerpo detecta una disminución en la proporción de sal y agua en la sangre. Esto conduce a un aumento de la hormona, lo que ayuda a activar las neuronas que envían una señal al cerebro de que la petición del cuerpo ha sido satisfecha. Sin embargo, desafortunadamente, cómo funciona exactamente esto también sigue siendo un misterio para los científicos.