Los expertos nos recuerdan que los problemas para conciliar el sueño suelen estar asociados no solo a la condición física, sino también a un sistema nervioso sobrecargado. Y aunque existen muchas técnicas de relajación, una de ellas resultó ser tan sencilla que puede practicarse fácilmente incluso en la oscuridad, con los ojos cerrados.
La enfermera de neurología pediátrica Kiara Devitt explicó que los movimientos oculares lentos pueden restaurar el ritmo natural que utiliza el cerebro durante el sueño REM, que es cuando nos dormimos más rápidamente.
"Si mueves lentamente los ojos de izquierda a derecha, de arriba a abajo y en círculos, el cerebro empieza a recibir una señal de que ya está entrando en la fase REM del sueño. Esto calma el sistema nervioso y ayuda a conciliar el sueño", explicó.
Según Devitt, la técnica también funciona porque le asigna al cerebro una tarea monótona. Si bien los pensamientos no pueden descontrolarse en situaciones que provoquen ansiedad, es más probable que el cuerpo se asiente en un estado de calma.
Sin embargo, la eficacia del método aumenta si se combina con unas normas básicas de higiene del sueño. En primer lugar, es importante mantener una rutina estable: acostarse y despertarse a la misma hora, incluso los fines de semana. Dormir la siesta después de las 15:00 solo dificulta conciliar el sueño.
Preparar el dormitorio es igual de importante. La temperatura óptima es de 18 a 20 °C, con luz mínima y un ambiente tranquilo. Los tapones para los oídos o un antifaz para dormir pueden ser útiles si es necesario. Conviene guardar los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarse, ya que la luz azul suprime la producción de melatonina.
Una cena ligera unas horas antes de acostarse, una ducha caliente y limitar la cafeína por la tarde también tienen un efecto positivo para conciliar el sueño. El alcohol, aunque a veces causa somnolencia, en realidad empeora la calidad del descanso nocturno.
Y si aún así no consigue conciliar el sueño, los expertos aconsejan no permanecer mucho tiempo en la cama: un paseo de 20 a 40 minutos al aire libre ayudará a «reiniciar» el sistema nervioso y restablecer su ritmo natural.

