La Planta Portuaria de Odessa, una de las instalaciones industriales más grandes y estratégicamente importantes del país, se ha visto envuelta en un intenso debate público en medio de una importante privatización anunciada por el Fondo de Bienes Estatales. Según activistas y varias publicaciones en línea, el proceso de preparación y realización de la subasta electrónica genera sospechas de infracciones y de la existencia de un ganador preacordado.
El lote de privatización incluye el 99,5667% de las acciones de la compañía y un paquete de 45 unidades inmobiliarias con una superficie total de más de 285.000 m²: complejos de producción, instalaciones logísticas, centros sociales y sanitarios, así como inmuebles en la región de Ivano-Frankovsk (incluida una pensión en Yaremche). Oficialmente, la subasta se realizará a través del sistema ProZorro. La venta se realizará el 25 de noviembre de 2025.
Sin embargo, en varias publicaciones y declaraciones de activistas públicos, la idea de una "gran privatización" se presenta como una fachada, y, supuestamente, la distribución real del activo ya se ha llevado a cabo entre bastidores. En particular, los mensajes mencionan el nombre de la empresa "Kernel Holding SA", asociada al empresario Andriy Verevsky: supuestamente, la empresa ya ha realizado un depósito de garantía de 50 millones de UAH, por lo que muchos consideran la subasta como una formalidad con un ganador predeterminado. Estas declaraciones se presentan como la postura de los autores de las publicaciones y requieren la confirmación de las partes.
En declaraciones públicas de activistas y expertos, se expresa otra crítica: la falta de una evaluación ambiental estatal actualizada del estado de la planta y sus alrededores. Señalan que, de acuerdo con los requisitos para la privatización de instalaciones estratégicas y de potencial impacto ambiental, se debe realizar un examen o evaluación ambiental adecuado, y el uso de conclusiones obsoletas puede cuestionar la legalidad de futuras decisiones. La ausencia de estas evaluaciones o el incumplimiento de los requisitos vigentes pueden dar lugar a impugnaciones judiciales de los resultados de la subasta, enfatizan los abogados entrevistados en las publicaciones.
Los críticos de la privatización también temen que, si se transfiere una participación mayoritaria a estructuras "no transparentes", se generen riesgos para la seguridad nacional y la independencia energética: la OPP tiene importantes funciones logísticas y de producción que pueden afectar el funcionamiento de la infraestructura crítica de la región. En el mundo, las autoridades competentes suelen evaluar cuidadosamente estos riesgos durante la venta de activos estratégicos, pero en declaraciones públicas critican la rapidez y la opacidad del procedimiento actual.