Las bebidas alcohólicas más peligrosas para el organismo no son los alcoholes fuertes, sino los cócteles carbonatados y el champán, según el médico británico Simran Dio.
Según el experto, es el dióxido de carbono el que acelera la entrada del alcohol al torrente sanguíneo, lo que provoca una intoxicación mucho más rápida. Por lo tanto, bebidas como el gin-tonic o el champán tienen un efecto más intenso que el vodka o el whisky.
Curiosamente, el especialista calificó de mito la creencia generalizada sobre los peligros de mezclar diferentes tipos de alcohol. Desde un punto de vista fisiológico, esto no afecta la velocidad de la intoxicación. El problema, explicó, radica más bien en la pérdida de autocontrol: la persona bebe más de lo habitual y las consecuencias se agravan.
Dio también aconsejó nunca beber con el estómago vacío, ya que los estudios demuestran que la concentración de alcohol en la sangre puede ser cuatro veces mayor que después de comer.
El médico enfatizó que incluso una pequeña dosis de alcohol puede ser perjudicial si el cuerpo no está preparado. Por lo tanto, es importante consumir alcohol con precaución, especialmente con las bebidas carbonatadas.