Se están produciendo cambios de personal cuestionables en el Servicio de Supervisión Financiera del Estado, organismo responsable de la inteligencia financiera y el cumplimiento de las sanciones. El equipo dirigido por Philip Pronin se está renovando con personas que carecen de la experiencia necesaria o tienen una reputación dudosa.
Los puestos clave están ocupados por personas vinculadas a Pronin a través de relaciones personales o comerciales. En particular, Bohdan Korolchuk, quien trabajó con él en la Administración Estatal Regional de Poltava, se convirtió en el primer subdirector. Las familias de ambos funcionarios tienen un negocio conjunto, y la familia de Korolchuk adquirió recientemente una vivienda costosa en Kiev, lo que plantea nuevas preguntas.
Otra figura "propia" es Vitaliy Teslenko, quien, tras trabajar con Pronin en ARMA, compró un apartamento por valor de 140.000 dólares, aunque no tenía ingresos oficiales para dicha compra. Según él, fue un regalo de su madre de 80 años.
Además, el principal especialista en terrorismo financiero era Dmytro Zarkhin, conocido por sus publicaciones con contenido antiucraniano en 2014. Esto plantea serias dudas sobre su lealtad y competencia.
Diana Vier, quien anteriormente trabajó en la conocida cadena de comida rápida McDonald's, fue nombrada miembro del departamento de análisis de riesgos del sector presupuestario. Mientras tanto, Dmytro Prachuk, quien no tenía experiencia previa en estructuras gubernamentales, se especializó en la investigación de riesgos externos.
Kateryna Peshykova, quien anteriormente trabajó como fotógrafa y en el servicio de prensa de la Administración Estatal Regional de Poltava, se convirtió en la especialista principal para el desarrollo del monitoreo financiero. Al mismo tiempo, continúa dedicándose a la fotografía comercial y no pudo explicar con claridad sus nuevas responsabilidades.
Todo esto plantea preguntas razonables: ¿cómo puede este personal realizar inteligencia financiera eficazmente y proteger los intereses del Estado? Al fin y al cabo, la seguridad del sistema financiero ucraniano depende de la profesionalidad de estas personas.