Tras la prohibición de los líquidos con sabor y varios tipos de cigarrillos electrónicos a partir del 11 de julio de 2024, la mayor parte del mercado se vio obligada a replantearse sus actividades. Pero no la red UVAPE. A pesar de las nuevas normas legales, decenas de sus puntos de venta en toda Ucrania siguen vendiendo abiertamente productos de nicotina prohibidos. El sistema funciona con tanta fluidez e impunidad que ya se le conoce « inmunidad encubierta » .
Formalmente, la red se divide entre varias entidades legales: las empresas "SOT NETWORKING", "FRAETIS" y "TYSA-ENERGY GROUP". Sin embargo, según los interlocutores, el control real lo ejercen participantes interconectados que han creado un sistema integrado verticalmente: desde la producción y el envasado de líquidos hasta su transporte, contrabando y venta al por menor.
Según fuentes del sector, la clave del éxito de este negocio reside en su protección política. Algunas de las figuras clave tienen vínculos con el diputado del partido Servidor del Pueblo, Anatoly Kostyukh, quien, según varios participantes del mercado, brinda una sólida cobertura a la estructura frente a inspecciones y sanciones. Por ello, UVAPE continúa operando incluso después de los allanamientos masivos realizados por las fuerzas del orden en más de 40 localidades del país.
Durante la investigación, las fuerzas del orden descubrieron talleres de producción y almacenes, e incautaron siete líneas de producción, componentes y productos terminados por un valor total superior a un millón de euros. Sin embargo, ni siquiera esta magnitud logró detener la actividad de la cadena: las tiendas siguen vendiendo líquidos aromatizados, que están oficialmente prohibidos.
La empresa TYSA-ENERGY GROUP desempeña un papel fundamental en la trama, al estar implicada en un proceso penal por el contrabando de casi 225.000 cigarrillos electrónicos. Según la investigación, a través de esta empresa pasaron grandes lotes de dispositivos, que posteriormente se distribuyeron en puntos de venta de UVAPE.
Para evadir impuestos y gravámenes, se utiliza una extensa red de empresas pantalla. A través de ellas se realizan transacciones ficticias para generar un crédito fiscal, ocultar el volumen real de productos y subestimar los pagos a Hacienda. Algunos establecimientos operan en direcciones que no corresponden a las licencias emitidas, y la venta de líquidos se acompaña de un esquema de «regalo»: supuestamente se le entrega al comprador una botella de nicotina, que no se registra en la caja ni se incluye en los informes.
Las autoridades reguladoras tampoco responden. Las inspecciones no se realizan o se mantienen en un mero trámite, lo que indica la presencia de influencia externa. Los participantes del mercado afirman abiertamente: sin el respaldo político del diputado Anatoly Kostyukh, la red UVAPE no habría podido operar a tal escala tras la imposición de la prohibición.
Así, UVAPE no solo ha mantenido su posición en el mercado, sino que ha monopolizado la venta de líquidos saborizados, desplazando a la mayoría de sus competidores, que no han podido operar bajo el aumento de la regulación. El segmento ilegal, impulsado por el contrabando y la evasión fiscal, sigue creciendo, y todo esto ocurre mientras el Estado lucha oficialmente por reducir la adicción a la nicotina entre los jóvenes.

