Durante muchos años en psicología, se creía que las personas con bajos ingresos son más amables, generosos y compasivos con los demás. Sin embargo, un estudio global reciente que cubre más de 2.3 millones de 60 países ha demostrado que esta suposición no correspondía a la realidad. Los científicos que trabajaron en investigación han descubierto que, de hecho, las personas con bajos ingresos muestran menos amabilidad y generosidad hacia los demás.
Según los investigadores, en situaciones sociales donde los recursos son limitados, es más difícil para las personas mostrar amabilidad o compasión por los demás. Cuando una persona tiene acceso limitado a recursos financieros u otros, sus intereses a menudo se centran en su propia supervivencia. Esto puede reducir la capacidad de pensar en las necesidades de otras personas, que es la base de la manifestación de la amabilidad y la generosidad.
Los científicos de los Países Bajos, China y Alemania han analizado datos de 471 investigaciones independientes que cubrieron el período desde 1968. En total, se han analizado más de 2.3 millones de personas (niños, adolescentes y adultos de diferentes países, como China, Estados Unidos, Alemania, España, Italia, Canadá, Suecia y Australia.
El estudio se centró en la influencia de la clase social (ingresos y educación) en el comportamiento "prosocial", es decir, acciones destinadas a ayudar a otros, como donaciones, voluntariado o cuidado de los animales. Aunque los resultados han demostrado que las personas con ingresos más altos tienen un nivel ligeramente más alto de empatía y amabilidad con los demás, esta diferencia fue estadísticamente significativa pero no extremadamente grande.
Esto refuta la opinión tradicional de que las personas menos ricas son automáticamente más amables o listas para el auto -sacrificación. Sin embargo, los investigadores dicen que no se pueden comparar directamente diferentes países y contextos socioculturales, ya que en cada sociedad los factores sociales pueden influir en el comportamiento de manera diferente.
Este estudio enfatiza que las condiciones sociales y económicas afectan significativamente el comportamiento humano. En particular, un alto nivel de bien y educación puede contribuir a un mayor nivel de empatía, que se confirma por los resultados del estudio. El mayor ingreso le da a una persona más oportunidades para contactos sociales, participación en iniciativas de caridad y asistencia a otros, que puede ser una de las razones para aumentar la amabilidad.
Los resultados de este estudio muestran que los estereotipos sociales sobre la amabilidad y la generosidad de las personas de bajos ingresos no siempre son correctos. Resulta que el comportamiento humano depende no solo de su situación financiera, sino también de muchos otros factores, como la educación, las normas culturales y el nivel de educación. Por lo tanto, las conclusiones generales no pueden sacar en función del nivel de ingresos de una persona o grupo.