Un especialista alemán en trabajos submarinos, cuya opinión fue publicada en el Bild , se mostró escéptico de que el sabotaje de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream-2 fuera llevado a cabo por saboteadores ucranianos que utilizaron el yate Andrómeda para esta operación. En resumen, este enfoque parece improbable desde el punto de vista técnico y requiere importantes recursos y equipos específicos.
El arqueólogo submarino Sven Thomas afirmó que para una operación de este tipo no se necesita un yate, sino varios barcos adicionales. Así como una plataforma estacionaria con grúas, sistema de anclaje y lastre, cuyo peso debe ser de al menos una tonelada.
Además, para realizar este trabajo, el Andrómeda tendría que fijarse exactamente encima del lugar de buceo, para lo cual se necesitarían de tres a cuatro anclas pesadas con cuerdas de hasta 500 metros de largo; de lo contrario, las olas simplemente lo arrastrarían mar adentro y viento.
Un motor con una potencia de 75 caballos de fuerza no podría mantener el yate en la posición correcta durante las maniobras y tampoco permitiría llevar a bordo la cantidad necesaria de explosivos de unos 400 kilogramos.