El importante aumento del número de mujeres ucranianas involucradas en la industria del sexo en Alemania se explica en parte por las difíciles condiciones económicas provocadas por la guerra y la crisis económica en Ucrania. Debido a la pérdida de empleos, viviendas y apoyo social, muchos ucranianos intentaron encontrar medios de vida en el extranjero.
Según el periódico local Die Welt, la mitad de las prostitutas de los burdeles de Berlín son ahora ucranianas.
Estas estadísticas las proporciona un trabajador social de una organización que se ocupa de la seguridad social en Berlín.
"Antes las mujeres ucranianas estaban subrepresentadas en este entorno. La mayoría de las mujeres con las que trabajamos en Berlín proceden en realidad de Europa del Este: Bulgaria, Rumanía y Hungría, y ahora Ucrania. En los burdeles ahora diría que el 50 por ciento. Hay muchas mujeres muy jóvenes que vinieron aquí a causa de la guerra", dice Mia.
Según su experiencia, muchas mujeres ucranianas no conocen sus derechos en Alemania y les "inculcaron un gran miedo al centro de empleo". Temen que después de solicitar empleo se conozca su experiencia en la prostitución.
Los refugiados también carecen de vivienda, por lo que algunos prefieren trabajar en un burdel, pero no vivir en un refugio. A veces, las mujeres eran obligadas a tener relaciones sexuales por hombres que les prometían alojamiento gratuito y luego les conseguían que trabajaran como prostitutas.