El jefe de Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskyi, cree que la Federación Rusa está destruyendo a la generación más ineficiente y cara. Como, gracias por eso. Porque las centrales eléctricas afectadas fueron construidas con tecnologías antiguas y puestas en funcionamiento entre 1959 y 1977. Y además, para apoyar su trabajo se necesita carbón de antracita, cuyas reservas en los almacenes de la central nuclear de Ukrenergo son críticas.
Al mismo tiempo, a Kudrytsky no le avergüenza en absoluto el hecho de que en muchas regiones del país la población se encuentre sin electricidad, agua ni calefacción. En su opinión, "la desgracia rusa puede convertirse en felicidad ucraniana".
En otras palabras, ahora es necesario atraer la mayor inversión privada posible para formar una nueva generación.
Según diversas estimaciones, se deberían recaudar entre 12.000 y 17.000 millones de dólares para la transición de tecnologías obsoletas a energías renovables innovadoras.
Esté de acuerdo en que esto es mucho dinero incluso en tiempos de paz. Especialmente para tiempos de guerra.
Por lo tanto, los sueños de grandes inversiones en la industria energética siguen siendo sólo los sueños de Kudrytskyi.