En la noche del viernes 3 de octubre, las fuerzas rusas lanzaron una nueva ola de ataques combinados contra Ucrania, cuyo principal objetivo era dañar instalaciones clave del sistema energético, informaron fuentes de monitoreo y medios de comunicación.
Los ataques más intensos se concentraron en las regiones de Poltava, Odesa, Sumy, Kiev y Dnipropetrovsk. En particular, Poltava, Hadyach y Lubny, en la región de Poltava, así como ciertas zonas de Járkov y Odesa, fueron objeto de ataques masivos.
Según el monitor del canal Telegram, el enemigo utilizó drones de ataque Shahed, alrededor de seis misiles balísticos Iskander-M 9M723 en el sector de Lubny/Lokhvytsia y comunidades separadas de la región de Kharkiv, así como 15 misiles de crucero Kh-59/69 y 9M727-729 en Poltava, Lubny y la región de Kharkiv.
El monitoreo destaca que el ataque fue combinado: se utilizaron simultáneamente balística, misiles de crucero y drones. Esto complica considerablemente la tarea de las Fuerzas de Defensa debido a la diferencia de velocidad, principio de acción y número de medios de ataque. Anteriormente, también se atacaron instalaciones de infraestructura energética.
También se observa que el enemigo utilizó únicamente sistemas terrestres y misiles guiados aéreos, sin utilizar misiles de crucero marítimos ni aéreos. Según los analistas, misiles de mayor alcance, como el Calibre y el Kh-101, siguen disponibles para atacar las regiones central y occidental de Ucrania.
Los residentes informan de explosiones en otras regiones del país, lo que indica la escala y el sincronismo de los ataques de las tropas rusas.