El presidente estadounidense, Joe Biden, finalizará su mandato en unas pocas semanas, y muchos en Ucrania se preguntan qué "regalos" finales puede dejarle a nuestro país. El politólogo Viktor Nebozhenko advierte que no se deben esperar cambios significativos en la política estadounidense hacia Ucrania antes del final de la presidencia de Biden. La principal motivación de la administración estadounidense siempre ha sido el interés nacional, no los esfuerzos filantrópicos, y esto debería tenerse en cuenta al evaluar las acciones posteriores de Washington.
Nos sorprende lo contradictorio que se está comportando el presidente Biden con respecto a la guerra ruso-ucraniana. A veces se apresura febrilmente a ayudar a Ucrania, luego se queda en silencio durante medio año, explicándolo como un peligro para Estados Unidos y el mundo entero que proviene de la Rusia de Putin. Cambia constantemente las condiciones de la ayuda cardinal y los motivos de sus acciones con respecto a Ucrania, a veces señalando una corrupción terrible y luego la competencia extremadamente baja de los líderes políticos de Ucrania. Lo que no impide que los políticos estadounidenses se reúnan periódicamente con aquellos a quienes critican tan ferozmente y a quienes claramente no confían sus planes y ayuda.
Al presidente Biden le parece prudente que Ucrania no pierda y Rusia no gane. Esto muestra la estrategia estadounidense de proporcionar pequeñas porciones de ayuda militar a Ucrania mientras se borran constantemente las "líneas rojas" de la Rusia de Putin. Otra cosa es que esta sabiduría política senil no sea fructífera, no tenga perspectivas, porque Washington no sabe qué hacer con Ucrania o Rusia después del armisticio o del fin de la guerra.
El presidente estadounidense Biden no oculta que su principal preocupación son las elecciones presidenciales en Estados Unidos, no el sufrimiento de Ucrania. Por tanto, debemos admitir que si el presidente estadounidense Biden cree en la victoria de Harris, el candidato del Partido Demócrata en las elecciones de 2024, no aumentará bruscamente la ayuda a Ucrania hasta el final de su mandato, dejando a Harris en el poder. por un lado, el difícil "problema de Ucrania" y, por el otro, la libertad de maniobra y la responsabilidad ante Estados Unidos.