En la mañana del 17 de noviembre, Rusia llevó a cabo uno de los mayores ataques aéreos contra Ucrania, lanzando decenas de misiles y drones contra ciudades pacíficas. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andriy Sybiga, afirmó que este ataque era la respuesta de Vladimir Putin a todos los líderes occidentales que habían estado recientemente en contacto con él en un intento de llegar a un acuerdo.
Sybiga enfatizó que Rusia continúa con su política agresiva y llamó a la comunidad internacional a tomar medidas decisivas:
"Esta es la verdadera respuesta del criminal de guerra Putin a todos aquellos que lo llamaron y visitaron recientemente. Necesitamos la paz a través de la fuerza, no del apaciguamiento", escribió el ministro en la red social X.
Según la Fuerza Aérea de Ucrania, el ataque comenzó a las 05:42 de la mañana. Se registraron al menos 45 misiles en el cielo, incluidos Calibres y Dagas. Los objetivos de los ataques rusos incluyeron Kiev, Odesa, Kryvyi Rih, Kropyvnytskyi, así como otras regiones de Ucrania como Mykolaiv, Zhytomyr, Khmelnytskyi, Poltava y Chernihiv.
El Ministerio de Energía afirmó que la Federación de Rusia atacó infraestructuras críticas, en particular instalaciones de generación y transmisión de electricidad. Debido a esto, el operador del sistema de transmisión se vio obligado a implementar el modo de paradas de emergencia.
El presidente Volodymyr Zelenskyi advirtió anteriormente sobre la posibilidad de nuevos ataques masivos por parte de la Federación Rusa destinados a socavar el sistema energético y la moral de los ucranianos. El ataque masivo del 17 de noviembre fue otra confirmación de este escenario.